Todos recordamos cuando UBER llegó a México, con promesas de un servicio premium a bajo costo donde todo mundo ganaba a pesar de sus bajas tarifas; con cupones por montones, conductores educados que incluso regalaban dulces y automóviles cómodos en perfecto estado se posicionaron como la opción de taxi favorita en la ciudad de México, dejando en el ridículo a los taxistas que pagan, o deberian, todos sus impuestos y permisos.
Un buen tiempo el servicio de Uber fue bastante bueno, pero como todo en esta vida una vez que estableció que eran l opción número uno empezaron a decaer, los primeros síntomas fue su hambre de ganar, para cubrir la demanda empezaron a permitir que cualquiera se inscriba para ser conductor con cualquier automóvil sin importar el tamaño. Bueno, para ser justos si hay unos requisitos mínimos, pero se reducen a que nos ea viejo y tenga cuatro puertas, por lo que un March o un Kwid puedan prestar el servicio, y no es que sean malos, el problema es su tamaño, no hay forma de que lleven cuatro pasajeros con equipaje, de hecho no son ni viables para un solo pasajero.
Dejando de lado los automóviles pequeños el problema principal de Uber ya esta en su selección de conductores, si bien la mayoría son personas amables y honestas, ya hay una tendencia en crecimiento de conductores irrespetuosos, groseros y que sienten que hacen un favor a sus clientes, tal como los taxis tradicionales, esto noe s raro, ya que precisamente son los taxistas de toda la vida convertidos en uber.
Entonces ahora hay que aguantar a un taxista con un carro pequeño, sucio y muchas veces en mal estado por una tarifa que ha subido, ya que ahora deben de pagar impuestos. Y no es todo, Uber en cuanto solicitas el servicio se cobra por adelantado en algo que ellos dicen retención, pero que en caso de cancelación muchas veces no regresan y si lo llegan a hacer se tardan hasta un mes, alegando que ese es el proceso de reembolso.
Y hay más, varios conductores tan pronto sube su cliente lo bombardean con quejas de su trabajo, el más reciente que lo hizo incluso nos exigió una propina en efectivo, porque según el lo que ya nos habían cobrado, 70 pesos por diez cuadras, no era suficiente; esto mientras manejaba un Hyundai i10 sucio por dentro y por fuera y con golpes por choque laterales.
Otros casos reportan a migrantes ganándose la vida como conductores, pero lo curioso es que no se parecen en lo más mínimo a la foto y hay quienes apenas hablan español, esto podría ser porque compran las cuentas, y si bien habrá quienes trabajan para salir adelante, este trafico de cuentas también beneficia a quienes tienen otros propósitos.
En resumen, al día de hoy Uber es exactamente igual a los Taxis rosas de la CDMX, pero con el problema de que te cobran por adelantado. La mayor parte de las veces te va a tocar un excelente conductor con un automóvil limpio, pero hay probabilidades de una mala experiencia.
Por cierto su soporte ya tampoco sirve, ya que asumen que el cliente solo los quiere estafar.
Entonces podrán decir que hay que volver a los taxis rosas? La verdad es que no, en ellos es rara la vez que sus taximetros no estan alterados y su flota sigue siendo mayormente de Tsurus, y hay muchos que estan abusando, como los del centro histórico en las noches, que cobran el triple, manejan como salvajes pasándose altos y al final no te quieren dejar en tu domicilio a menos que le subas más al precio.
La opción es Didi, tienen lo mismos problemas que uber pero a diferencia ellos no te hacen retenciones por adelantado, si te cancelan o cancelas no pierdes el pago como en Uber.