Pullman de Morelos es una línea de autobuses que cubre diversas rutas en el estado de Morelos, siendo su principal servicio en el recorrido de la Ciudad de México a sus dos terminales de Cuernavaca, Centro y Casino.
Ofrece distintos tipos de servicio, el más económico es el Mi Bus que recorre la ruta a la Central del Sur por la carretera libre realizando paradas continuas en donde sea requerido. En Primera clase tiene el servicio Pullman de Morelos que se va por autopista de forma directa. Para los pasajeros que buscan algo más tiene su servicio Ejecutivo Dorado que se va por autopista de forma directa al Aeropuerto de la Ciudad de México y cada hora a la Central del Sur.
En esta ocasión elegimos el Ejecutivo Dorado, ya que la diferencia de precio con Pullman es de solo diez pesos, quedando en $185.00 pesos por un recorrido de unos 76 kilómetros, pero con el plus de que ya dan lunch box.
El primer proceso es comprar el boleto directo en taquillas, lo que es lo más recomendable ya que son salidas de alta frecuencia; el trato es amable pero no estan muy habituados al cobro con tarjeta, ya que tienen que buscar la terminal, pero nada que te quite excesivamente el tiempo.
La sala de espera es amplia y con mucha ventilación, aunque en realidad los pasajeros pasan ahí el tiempo mínimo, ya que como mencionamos las salidas a México son intensivas; por lo que las personas que permanecen más tiempo son por lo regular las que se dirigen a otros destinos en Morelos o al Aeropuerto de la Ciudad de México.
Mientras se espera se puede adquirir un snack, bebida o incluso un souvenir con el logo de Pullman de Morelos, pero solo si trae suficiente efectivo ya que en el kiosko no aceptan tarjetas. Por otro lado el ingreso a la central no es fácil si eres peatón, muy al estilo de Cuernavaca donde al parecer le dan toda la prioridad a los automóviles. Por lo tanto no existen pasos peatonales, hay que caminar hasta un pequeño puente peatonal.
El sonido de la sala anuncia las salidas, algunas, otras son por los vigilantes; diez minutos antes de la hora pasamos por seguridad, lo que es muy bueno; de ahí la fila de validación del boleto, el cual es de cartón y eso se agradece mucho que nos ea un papel termico; y la novedad es que hay carrito de viandas con botellas de diferentes tipos de Té y galletas o cacahuates a elegir.
El autobús es un Volvo 9700, quizá de los que ya van a ser reemplazados por unidades de nuevas generación, por lo cual carece de puntos USB de carga, pero si tiene un enchufe eléctrico convencional abajo del asiento, también cuenta con wifi con contraseña, sanitarios, un par de mesas de trabajo y unas mamparas intermedias que evocan la versión de los 90 que tenían un salón privado y baños intermedios. Solo que actualmente son un elemento más decorativo. hay pantallas ambientales con volumen aceptable y películas interesantes, tanto que tuvimos que llegar a casa a buscarla en Netflix para ver el final.
La salida es puntual y completamente directa, un recorrido a buena velocidad que la mitad del tiempo fue en zonas urbanas de Cuernavaca y la Ciudad de México; siendo el punto más lento el paso en la caseta de cobro de Tlalpan, ya que esta crece de filas exclusivas para pago con TAG.
El espacio entre asientos es bueno, para el tiempo que duran los viajes en promedio, se puede estirar las piernas en una distancia razonable, pero el asiento es un poco duro, acercándose a un estilo de urbanos, igualmente no son molestos si nadie va a tu lado y considerando que el viaje es muy corto. Son reclinables con poco recorrido, lo que tampoco afecta en nada la comodidad a menos que quieras dormir por 45 minutos.
El servicio del Ejecutivo Dorado es bastante recomendable por ser directo , mas espacio entre asientos y el lunch box.