En Almería, España, la empresa de autobuses ALSA ha despedido a una conductora por detener en un autobús en una área de descanso no autorizada; la trabajadora ha declarado que lo hizo por sufrir fuertes dolores menstruales y hemorragias, al parecer endometriosis.
La empresa se ha tomado con poco tacto la situación y solo por el hecho la ha echado a la calle; mientras que a la operadora de poco le ha valido declarar que lo ha hecho por la seguridad de todos.
Lee mas detalles en MUNDO OBRERO