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Viajando en Elite


 Fotos ilustrativas, no corresponden a la unidad en la que viajo José


Elite es de las pocas líneas que salen de la central de Tijuana hacia la Ciudad de México, la otra es TAP, pero como juan escucho que en Estrella Blanca han comprado autobuses y además traía un par de costales de cosas varias decidió probar suerte en una linea no tan popular, ya que si no iba llena seguro si aceptaban todo su equipaje.

José es comerciante por lo que pagar aviones no es costeable, pero no por el precio del boleto que es mas abajo que el autobús si se compra con tiempo, mas bien por el tema del equipaje, ya que las líneas aéreas gustan de tener costos increíblemente altos por cada kilogramo que sobrepase su política de solo 15 kg. Es decir el avión te conviene solo si viajas ligero y compras con mucha pero mucha anticipación; estos dos supuestos no aplican de forma alguna a José por lo que decide soportar 50 horas de viaje con tal de tener un margen de utilidad.




El costo de estar mas de dos días sentado en un Elite es de alrededor de 2600 pesos, pero con el tema de la inflación a José le queda claro que el próximo mes podría ser aun más caro; porque todo se deriva del diésel. Así que José se acerca la malhumorada muchacha, guapa, pero enojada, para comprar su boleto para el siguiente autobús a la Ciudad de México. Cabe mencionar que la terminal de Tijuana ya tiene un mejor aspecto, es la misma de hace décadas, pero al menos le hicieron algunos arreglos.

Pasa al anden sin mayor problema, hay muchos autobuses de línea de Estrella Blanca, otros internacionales y algunos TAP, los cuales ve pensando que quizá debió viajar con ellos, ya que se ven imponentes por ser de tres ejes, pero al final se dice a si mismo, eso que importa, seguro lleva mas gente y el baño tendrá mucho más uso.




Al fin encuentra el autobús con el numero que le dijo la taquillera, el conductor ve su boleto y le dice que si, que ese es el bus, lo bueno es que esta vacío, apenas y suben unas diez personas. El viaje inicia como 12 minutos mas tarde, al parecer alguien compro boleto de último segundo.



El bus por dentro no esta tan feo, es un camión ordinario con asientos curiosos que son bastante cómodos, hay dos baños y cada pasajero tiene pantallas para ver peliculas, lo bueno es que José carga siempre con sus audífonos. El primer tramo de su viaje es a través de la Rumorosa, la famosa carretera que une Tijuana y Mexicali, con paisajes que parecen de otro planeta. El recorrido entre las rocas dura como dos horas hasta que se llega a una planicie desértica que anuncia la proximidad de la Calurosa Mexicali.

En esta ciudad hace escala en una pequeña terminal donde José se compra unos burritos de pequeño tamaña preenvasados y una coca cola. Después de un rato donde se van unos y llegan otros pasajeros salen hacia San Luis Rio Colorado, donde vuelve a meterse a la terminal por un rato, ahí se puede aprovechar para comprar unos doritos, a un precio muy elevado al igual que el agua pero no se puede ir muy lejos ya que son solo unos diez minutos de la escala.




Hay mas paradas, otra en Sonoyta y después en Caborca sin perdonar la de Santa Ana ni el paso por la aduana, donde José corre con suerte y pasa sin novedad con los costales de cosas varias. ya es otro día cuando al fin llega  la capital de Sonora, donde de nuevo hay que comer lo que se puede en la central, ahí si se tarda un buen rato el autobús en volver a salir, de ahí para en Guaymas, luego obregón y Navojoa, ya en este punto el cansancio es evidente en José, aun cuando solo va sentado, ya que con tantas escalas es imposible dormir ya que tiene que ver que nadie rapte sus pertenencias cuando bajen, eso incluye lo de la cajuela, no quita el ojo de la ventana.





Ve pasar la terminal de  Mochis, Guasave y Guamúchil, y realmente agradece llegar a Culiacán después de mas de 27 horas de viaje, ya que ahí si hay buena comida, corre por algo para aprovechar al máximo la escala; y es que si bien el operador realizo paradas en restaurantes la verdad es que no es tan buena la comida, siempre es mejor un buen plato de Chilorio con frijoles y queso con tortillas de maíz. 

En este punto del viaje ya ha visto subir y bajar a varias personas pero las que permanecen ya formaron como un grupo, todos empiezan a oler algo raro pero es parte del viaje, mientras se puede cada quien ocupa dos asientos y solo se ven pies colgando en el pasillo.

Una parda eterna más en Mazatlán y de ahí al fin varias horas a Tepic y por fin un recorrido largo hacia Guadalajara donde se puede dormir mas por cansancio que por comodidad, en la capital tapatía hay un par de paradas y según las cuentas de José ya estan por las 40 horas de viaje, ya no hay mucho que ver en las pantallas así que repite la pelicula donde sale la actriz más guapa.

En este punto ya ni sabe que ha comido ni en donde, hasta cree haber visto que el operador se bajo a tomar fotos al autobús, lo que lo hizo pensar que esta sin duda muy enamorado de la maquina. El último tramo ya ni atención pone a dos paradas más, solo se entera que ya faltan pocas horas para la ciudad de México.

Le habían dicho que eran 48 horas de viaje que al final fueron como 54, pero ahí va José todo torcido y cansado con sus costales de cosas varias, sin embargo aun no estan tan atontado como para pagar un taxi de la terminal, así que llama un uber que cobra menos de la mitad y no se ponen locos por su equipaje. mañana le toca vender en el tianguis para recuperar gastos y ver utilidades con las que debe de pagar los gastos de su hogar y la colegiatura de los hijos.






Mientras va en el Versa negro piensa que en realidad no hay una gran diferencia del servicio entre Elite y TAP, cuando se pone uno a pensar en que son mas de 50 horas en el autobús, ya que ambos paran donde sea ya sea escala en terminal o punto para comer. 




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