TAP es una empresa que nació como una idea entre amigos y se convirtió en un proyecto de gran envergadura, en un principio se destaco por su moderna flota y terminales exclusivas, llego a ser reconocida como una opción de calidad en el pacifico; incluso si enviabas a algunos trabajadores en TAP hasta sonreían, en esa época la competencia era algo sencilla.
Con el paso del tiempo los amigos notaron que la ruta era una destructora de autobuses, los costos de mantenimiento se dispararon y el modelo de negocio los obligo a tener todas las escalas posibles, lo que en consecuencia trajo atrasos considerables en sus rutas; muchas situaciones bizarras se vivieron, como que el bus de las 11 llegaba a la una y el de la una a las doce, pero no te podías ir porque tu boleto decía las 11. O incluso que el sistema no quería vender el boleto para el que ya estaba en el anden pero el conductor te cobraba de mano en plena central.
Al final vendieron la línea a otro grupo, quienes dijeron, a nosotros la experiencia en largas distancias nos sobra, ya verán. Y si lo vimos, cambiaron la flota por casi un solo modelo, que igual crea un altísimo costo de mantenimiento y los obliga a hacer todas las escalas posibles. Y hay otro diferenciador, los conductores, muchos recién contratados que aun les faltan algunas capacitaciones en servicio al cliente, no a todos, solo a los más jóvenes, los que cuentan con experiencia saben perfectamente como debe de ser la forma de dirigirse a los pasajeros.
Hoy ya no son la primera opción en lugares como Baja California, Sinaloa y Sonora, los ciudadanos le dan su preferencia a las líneas locales; pero si son muy socorridos por las personas que van de paso de la Ciudad de México a Tijuana, así como de algunos lugares de Michoacán. Son la opción primera para ellos.