Por razones completamente laborales hemos tenido que usar el servicio de autobús entre Monterrey y Reynosa en plena contingencia sanitaria por el brote de COVID-19, justo antes de la declaratoria de emergencia sanitaria y regresando al otro día precisamente por esa declaratoria.
En la Central de Monterrey no pudimos evitar notar la ausencia de gel antibacterial y otras medidas higiénicas muy publicitadas pero inexistentes. Lo que sucedió es que en internet aparece una salida a las seis con cuarenta y cinco de la mañana, pero en la realidad nos hicieron esperar hasta las siete para salir.
El regreso de Reynosa fue algo más satisfactorio, un poco, en la terminal de la ciudad si existe un alto grado de limpieza, gel antibacterial e incluso personal del IMSS tomando temperatura a los pasajeros.
Pero al parecer el autobús provenía de Matamoros, ya que mostraba algo de basura dejada quizá por pasajeros anteriores, entra algo de preocupación de que pueda estar algo en riesgo, mejor sacar nuestras toallitas desinfectantes y guantes. Sin olvidar el gel antibacterial portatil.
Lo interesante es que en ambos viajes si nos dieron lunch box, de ida barras de cereal, de regreso unas papitas y agua; y el bus regreso de forma puntual aunque solo con cuatro pasajeros.