Mucho se habla de cambiar y cambiar, la nueva moda en los cursos de superación empresarial siempre están diciendo que la única constante es el cambio. le dicen a los sagaces trabajadores que siempre busquen el cambio porque es el único camino de la productividad; y si alguien se atreve a opinar lo contrario es masacrado sin piedad, con argumentos a veces algo extraños.
El cambio es bueno solo si esta plenamente justificado, si se trata de una mejora sustancial a un proceso, en caso contrario podríamos estar invirtiendo en algo que no va a mostrar una mejora real, lo que sera solo tirar recursos a la basura.
En el transporte de pasajeros el cambio debe de enfocarse en ofrecer verdaderas soluciones de movilidad a los ciudadanos, dejar atrás la visión de ser una empresa logística, no ver a los pasajeros como una carga. La conectividad, traslados dignos, terminales eficientes, rutas inteligentes y costos accesibles son el reto a afrontar.
Evidentemente todo cambio debe de ser respaldado por estudios serios y profesionales, con datos contundentes, duros y precisos; hechos por personas que estén involucradas plenamente en el medio con los conocimientos necesarios para ejecutar un análisis valido; tanto de la empresa como del ambiente en que trabaja y presta el servicio. Un gran error seria aceptar opiniones de personas ajenas a la problemática.
Un claro ejemplo se ve en el autotransporte interestatal, donde existen grupos de aficionados que critican duramente las decisiones de compra de parque vehicular de las empresas, sin tener bases ni sustentos mas allá de su apreciación estética; cuando una compra de activos importantes debe de ser sustentada en términos de rentabilidad.
Rutas mas eficientes, ampliación de coberturas, integración con otros medios de transporte, modernización de los medios de pago (tarjetas inteligentes), garantizar la seguridad y en si enfocarse en ofrecer siempre la mejor experiencia de viaje son los ejes rectores del cambio en el autotransporte.