Uno no espera mucho de Turistar en Durango, es decir, mucho en comparación al habitual Volvo 9700, con sus 24 asientos, un poco maltratado por el tiempo y con un trato seco en la terminal.
La sala de espera es más bien algo que cumple con lo mínimo para cualquier servicio, si ya se cansaron de decir nosque no viajamos en las salas de espera, pero sin duda si son una gran primera impresión y de su calidad depende que tanto notemos los retrasos en la salida.
Bueno pues ahí todos aburridos en la central de Durango cuando vemos un Ayats Eclipse pintado de verde, sip, un doble piso sería nuestro transporte esa noche, eso si era algo nuevo sin duda. Lo mas bonito vino cuando descubrimos que los asientos ya son de Marcopolo, mullidos y amplios, nada de esas tablas duras habituales de los Ayats.
Con esas butacas se siente menos las grandes vibraciones propias de ese autobús, excelente viaje, no tan cómodo como un MP180MX pero si mejor que los antiguos Volvo 9700.