Experiencia, texto y fotos de Samuel Balcazar
Es una triste historia que las empresas que se dedican al transporte de personas, no se preocupen por brindar un buen servicio al público.
El pasado 22 de junio de este año en corriente, me vi en la necesidad de tomar un autobús. Anteriormente ya me habían recomendado la línea de camiones Medher, por comodidad y económicos y pues pense en darles una oportunidad ya que las versiones apuntaban a un servicio de lujo a bajo precio.
Llegué a la central que se ubica en la calle Arista en la colonia Centro, en la ciudad de Veracruz, donde la central está completamente abierta al público, sin ningún tipo de vigilancia, lo cual lo hace peligrosa, luego las vendedoras, tardan demasiado para atenderte pues la información que dan no es muy clara para los usuarios, lo cual complica más la situación y hace que la compra de boletos sea más tardado.
Luego de la espera se pudo abordar la unidad que me llevaría a mi destino y fue ahí donde comenzaron las tardanzas, pues el maniobrista se dio el tiempo de pasar a una tienda de conveniencia dejando sola la unidad y a los pasajeros, es bastante obvio que no era una parada programada, como la que se hizo más tarde en una gasolinera, donde el autobús se emparejo con una camioneta la cual estaba llena de piñas y a esa hora la traspasaron a la cajuela.
Después de varios minutos de espera, seguimos nuestro trayecto y más tarde entramos a la ciudad de Coatzacoalcos, Veracruz, donde el conductor por las prisas se pasó todos y cada uno de los baches, causando que los que estaban medio dormidos se despertarán de manera abrupta, más a la hora que se pasó un tope a más de 40 kilómetros por hora, todos brincamos de nuestros asientos; imaginen que lo bueno que no venían niños o adultos mayores entonces hubiera sido otra historia.
Llegamos a la central de esa ciudad se nos dio unos minutos para comprar agua o algo de comer en una tienda de conveniencia, pasados los diez minutos seguimos con el viaje. Más adelante en un paradero de traileros nos detuvimos de nueva cuenta "tienen unos minutos para bajar a comer o comprar en el oxxo" dijo el maniobrista, quien no dudo en irse a una taqueria improvisada junto con el otro chofer se sentaron a degustar unos tacos. No me quedo otra más que bajar pues faltaban más de dos horas para llegar a mi destino, al salir a estirar las piernas pero con la misma prisa volví a subir ya que del otro lado de la cuadra había unos muchachos que se veían que no eran de fiar y se quedaban mirando al autobús hablando entre ellos. Bien se sabe que en esos lugares hay personas que se dedican a vender gasolina robada y drogas para los traileros, es por ello que me mejor no me arriesgue.
Ya para finalizar, el segundo conductor, manejo a alta velocidad, quizás para compensar los minutos perdidos y aunque llegue con bien a mi destino, el viaje para nada fue placentero; por lo que les digo que tengan sus precauciones y pues mejor opten por otras opciones hasta que la línea de buses no acondicione sus instalaciones y ponga a conductores mejor capacitados.