Como bien saben los únicos autobuses donde nos gusta viajar son los de lujo, a todo mundo le encanta ser mimado al máximo, en especial con asientos grandes e individuales. Así que siempre que podemos viajamos en ETN, Tufesa Platinum, Diamante, ADO Platino o en similares.
En esta ocasión fue en ETN, sabemos que son impuntuales pero también que son los más amplios con sus 24 asientos. Así que fuimos con paciencia a la taquilla, donde las empleadas poco capacitadas nos humillaron por tener la tarjeta Máxima Distinción, por supuesto que las callamos cuando sacamos la Viaja Mas; claro que eso no hace que las chicas de Observatorio sean más ágiles y eficientes en su trabajo.
Para nuestra sorpresa no era una unidad de 24 asientos, se trataba de uno de dos pisos con 36 asientos, la chica de ventas es inmutable a nuestras bromas y comentarios; pero bueno lo bueno es que solo la tenemos que soportar los 7 minutos que le toma vender un boleto.
La central de Observatorio esta oscura y aterradora por naturaleza, y con el restaurante cerrado por un hundimiento ese sentimiento aumenta, no es buena idea permanecer mucho tiempo en ella, por eso elegimos el horario más próximo, en una hora abandonaremos el edificio, pasamos a la sala de espera, donde ya no hay policía cuidando por cierto, el uso de la sala exclusiva esta incluido en el costo del boleto por eso esperamos sea de acceso restringido, que el baño no tenga costo y que ofrezca comodidades adicionales.
A la sala de espera le falta un poco de limpieza, mejor aire acondicionado y mejor mantenimiento a los baños. Todo se comprende porque no es exclusiva, cualquier persona la puede usar, ya sea entrando desde la central o desde los andenes, en Observatorio la zona de autobuses de lujo esta revuelta con los económicos.
Después de un rato y para nuestra sorpresa de forma puntual llaman a abordar el autobús, solo un paso al estrecho anden y ya estamos con el lunch en la mano, una deliciosa combinación de bocadillo y bebida fría con un postre pequeño pero tentador.
Ahora veamos lo que todos están esperando:
El Autobús era un Marcopolo MP180MX con propulsión de MAN, con un buen olor a nuevo por todas partes.
Como bien nos dijo la distraída vendedora la unidad tiene 30 butacas en la parte superior y 6 en la inferior, por ser una unidad de 15 metros de largo se pudieron incluir los seis lugares adicionales a un modelo Ayats. Aun así sentimos menos espacio que en ese otro modelo de dos pisos.
Lo mejor es que nos tocaron los codiciados asientos delanteros del piso superior, el diseño de estas butacas de Marcopolo las hace mucho más cómodas que las de los Ayats, mullidos sillones con descansapiernas, posamejillas, portavasos, pantalla individual, conexiones eléctricas, cinturón de seguridad y descansabrazos.
Por si olvidaste tus audífonos hay unos tipo diadema de cortesía, bueno en realidad son a préstamo, porque nadie en su sano juicio se los robaría para andar presumiendolos.
El WiFi funciona sin problemas mientras estamos en zonas de cobertura, se entiende que hay lugares rurales donde la señal es inexistente y por lo tanto no habrá servicio de internet. Nada de que quejarse en este apartado.
Por cierto, las almohadas volvieron, ya tenia rato que no las veíamos, pero quizá era porque están en uno de los portaequipajes con tapa que tiene el autobús. No es que se necesiten mucho en ese tipo de butacas pero es bueno saber que existen.
En el piso inferior están los dos baños, uno exclusivo para caballeros y otro de damas, ambos completamente equipados.
Lo que si hemos notado es la fortaleza del autobús, las vibraciones en el piso superior son mucho menores que en los Ayats, y en el inferior se viaja a todo dar, un acierto de ETN adquirir mas de 100 unidades de este modelo.
La llegada a destino es veinte minutos antes de lo esperado y el maletero no nos exige propina para entregar las pertenencias. Sin duda una experiencia buena de viaje.