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En Tlaxcala, pocos nos asombramos al leer historias como la del siguiente link...
Particularmente, los que hemos viajado de Tlaxcala a la Ciudad de México, los domingos por la tarde, en autobuses repletos, los cuales llegan tarde, mientras nosotros haciendo largas filas, mirando otros autobuses de la misma línea, la única línea que da ese servicio, guardados en la terminal, muy seguramente haciéndonos preguntas tales como "¿Por qué esos camiones que están ahí parados no los sacan?" o "¿Por qué esperar cierto camión a cierta hora y no corren varios a la misma hora? o ¿Por qué no espaciar menos las corridas?"
Y los años siguen pasando, y Tlaxcala sigue alimentando al mismo monopolio, que muy poco cambia su flota, mucho menos mejora su servicio pero eso sí, muy constantemente sube sus precios y sigue impune por sus prácticas deshonestas de no dejar entrar a otra línea que sea un competidor legítimo y no una pseudo-empresa disfrazada de competencia.
¿O es que acaso se requiere ser incompetente para trabajar en Atah?