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Dina Brighter, de la expectativa a la desilusión


El día que se anuncio el regreso de Dina la noticia alegro a muchos tranportistas, la nostalgia los contagio al recordar los míticos autobuses fabricados por la marca en el pasado. Pero con el paso del tiempo nos hemos percatado que esta Dina no tiene nada que ver con la anterior. Sus carrocerías ahora son de plástico, acorde a la moda, dejando el metal solo en el recuerdo; su diseño carece de la fuerza requerida, parecen trazos de un estudiante poco hábil, no hay integridad ni contundencia.

En el apartado técnico se están limitando a motores Cummins en su mayoría, muy fuertes pero sin ajustes para transporte de pasajeros, los usan tan toscos como si fueran para mover rocas. La transmisión es simplemente salvaje.

La excepción fue el Dina Buller, llamado a heredar el aura del Dina Olimpico; empezaron bien, fueron por un chasis Scania y se trajeron todo el apoyo de los suecos; esto garantizaba un bajo costo y un buen servicio postventa; sin embargo la vuelven a liar, el diseño es diferente y hasta atractivo, pero los acabados y materiales dejan mucho que desear; ellos lo rematan con un costo similar a las carroceras de excelencia. Fue debut y despedida, la única unidad fabricada esta relegada en la línea transportista menos confiable. Muy triste sin duda,

Entonces en Dina dicen que mejor no le hacen a los foráneos, que lo suyo es lo urbano y se lanzan con todo, aprenden la lección bajando un poco sus costos pero sacrificando calidad. Les ha funcionado en cierta forma, hay inundación de Linner y Runner en todas las ciudades que respetan minimamente sus sistemas de transporte público. 

Pero siguen toscos en sus motores y transmisiones, sus carrocerías no le piden mucho a los viejos microbuses de Alfa.

Pero esta el Dina Brighter, su apuesta por los corredores BRT, poderoso motor cummins con la típica y tosca transmisión de un camión de carga. Feo pero diferente en su exterior, no tan amigable con los pasajeros en su interior, y lo mas triste, no se cansa de fallar en Acapulco y la Ciudad de México.

Esperamos que tomen conciencia, aprendan de sus errores, vayan por un buen diseñador, pongan a punto motores y transmisiones y sobretodo que vuelvan al metal.
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