Si vas a León, en Primera Plus viajar debes, esa ciudad es la casa de Flecha Amarilla y por consecuencia tenemos la plena convicción de que sus mejores autobuses son aplicados en la ruta México a León; ademas no hay muchas otras opciones.
En la central del norte la atención de la chica de ventas es eficiente, aunque haga todo lo posible por retrasarla, se tarda menos de un minuto en expedir el ticket correspondiente para la proxima salida en solo 12 minutos. Así que procedo por mi panque de nata y bebida fría a elevado precio, ya se que me darán una bebida caliente en el lunch. Por cierto mi asiento es el individual 29, es decir es un autobús de dos ejes y tengo la esperanza de que sea un i8, digo, lo mejor a León debe de ir.
La engorrosa y extraña revisión de seguridad, no daré más detalles pero es un proceso perfectible.
En el anden es fácil ubicar la unidad con su letrero que dice León; no es un i8, es un PB y de tres ejes, el joven de las maletas es muy amable, corre por mi pesada caja y se cerciona si es un producto frágil, por lo que lo coloca con extremo cuidado en otra área de la cajuela; en ese momento no me percato que son tres enormes cajuelas.
Como se predijo, una fastidiada edecan, que en un principio estaba ausente y se apareció hasta las 19:05, me entrega un lunch conformado por una bebida al tiempo, un sandwich lonchibon y un par de galletas emperador, intenta ser feliz la chica pero no le sale del corazón, quizá solo este preocupada.
Otra revisión de seguridad, donde me hacen una pregunta : "¿que trae ahí?" le respondo que es una cámara; ella se molesta y dice "¿como se que es una cámara?" esta grave la señora, si esta preguntando y no quiere que le contesten simplemente que evite la interacción oral.
Es hasta que abordo el autobús y me ubico en el asiento individual hasta atras que me percato que es el asiento 37. Una argentina toma el 38 sin siquiera percatarse que es otro número; ella simplemente pone un tiradero de cosas a su alrededor, comida a medio ingerir en un plato, su bolsa, zapatos, cobijas y otras cosas, como si fuera un picnic, de inmediato sube sus descalzos pies al respaldo del asiento delantero y se pone a hablar por teléfono, previamente ya había copiado la clave del internet que esta pegada en la puerta de la mampara trasera.
Es ese momento que me percato que el autobús fue cambiado, es un XL de más de 15 metros de largo, de esos que tienen problemas con el aire acondicionado por su enorme tamaño; mejor me adelanto un par de filas hasta el 29 y disfruto de los dos asientos, uno para mi cámara. No pasan ni tres semaforos cuando la chica argentina me imita y se cambia de asiento con picnic incluido.
Le pido al operador que aumente la potencia del aire acondicionado, accede con una sonrisa pero pasando la primera caseta dice que adelante todos se congelan por lo que le bajara de nuevo; mejor me cambio de nuevo de asiento. Efectivamente el autobús esta más frió adelante.
Copiar la clave del internet fue infructuoso, no funciona o ya no tiene saldo el modem de la unidad.
Fuera de eso el viaje es bastante agradable y la llegada solo con treinta minutos de retraso, a paesar de que tardamos mas de una hora en salir de la mancha urbana.
Fecha del viaje: 18 de junio a las 1910