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La historia de un viaje en Vivaaerobus



Un día en Ciudad Juarez me notificaron que mi regreso a la capital sería en Vivaaerobus, ya saben, es bien barato y en la oficina se les da mucho eso de ahorrar hasta el último peso. Pues uno que hace mas que seguir indicaciones.

El aeropuerto de Juarez no es nada del otro mundo, simple, soso y sin gusto por nada, hace juego con las actitudes del personal de Vivaaerobus, el cual esta plenamente identificado como parte de esa aerolínea de bajo costo. Caótico su proceso de documentación y peor se puso aun, la chica del mostrador de Vivaaerobus plenamente identificada como miembro de esa empresa olvida ponerle etiqueta a mi maleta, se lo indico de forma amable y me ignora, le insisto y ella grita que si se lo puso y que me vaya a la sala de espera, le vale pepino mis quejas y sigue tranquila pesando todo lo que ve, llegan casi al extremo de desnudar personas para ver si no llevan sobreequipaje.

Pues pienso que tal vez si llegue mi maleta con los documentos del trabajo, a fin de cuentas en un aeropuerto tan pequeño no hay mucho espacio para la confusión de equipajes.

Ya en la sala el tiempo pasa, y pasa, y pasa, y pasa. Avisos van y vienen, desesperación, gastos excesivos en las infames tiendas que venden un sandwich en cien pesos. Tres horas de retraso del vuelo; cuando al fin abordamos utilizo el típico estilo aprendido en metro pantitlan; no sea que me quede sin asiento.

Latita de sardinas que se ve ya muy usada, asientos incómodos, pero si uno reclama le contestan que que quiere por ese precio, si incluso es mas barato que irse en autobús. Pues ni modo, a ser torturado un par de horas; por cierto la venta de bebidas y alimentos por parte de las azafatas es aun mas caro que en el aeropuerto.

Ya en las bandas de equipaje del aeropuerto de la Ciudad de México, pasan maletas, cientos de ellas, pero ninguna es la mía, un par de horas después de nuevo en un mostrador de la aerolínea me dicen que no tienen ni idea de mi maleta que vuelva después. Ignoran mis quejas y me corren literalmente.

Cinco días después, de ir diario al aeropuerto, porque nadie de Vivaaerobus se preocupa por atender mi caso; cinco días después consigo un teléfono y me entero que mi maleta esta en Monterrey resguardada, hasta el sexto día me la entregan; pero con el mismo modo grasero, ni siquiera una disculpa, nada que compense el retraso de una semana en la entrega de los documentos del trabajo, nada que compense todos los gastos de tiempo y dinero en que incurrí.

Así que me quejo en la procuraduría federal del consumidor; otro pasajero que vio la acción me lo recomendó; dice que siempre es lo mismo con Vivaaerobus.

Pues para no hacerles el cuento largo en las audiencias el representante de Vivaaerobus negó categóricamente que el personal de Ciudad Juarez trabajara para ellos, que a pesar de que por todos lados están identificados con sus credenciales y uniformes, ellos no trabajaban para Vivaaerobus, así que quien sabe a quien le di mi maleta. Ademas que no me debían nada porque ya me la habían entregado.

Por la cuarta audiencia ellos dijeron que solo me darían un vale de $350.00 para aplicar en un vuelo con ellos. Eso sería toda mi compensación.

Pues su certificado de descuento de lo pueden guardar donde gusten, jamas me vuelvo a subir por voluntad propia a sus aviones; que tal si luego dicen que tampoco el piloto ni el avión es de ellos.

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