Desde el punto de vista de un colaborador de Grupo Estrella Blanca
Fotografías y Texto por Rubén Camacho
Se llegó la fecha, martes 16 de Febrero, el último recorrido al menos para un servidor. A causa de la gira por las anteriores ciudades, pude llegar solo un día antes para reunirme con todo el equipo de operadores y coordinadores, que tenían al menos 48 horas en Morelia para que el estado mayor pudiera dar las revisiones de rutina y ensayar los recorridos. Nos reunimos en el comedor de la central. No se si solo era yo pero se respiraba un ambiente muy fraternal y no es de extrañar, no estábamos en nuestras oficinas, era de alguna manera casa ajena y el grupo nuestro pedacito de casa.
Martes, 3 de la mañana (como ya era costumbre), listos todos en la central para partir hacia el Centro de Convenciones y Exposiciones de Morelia (CECONEXPO) lugar de resguardo de los autobuses y punto de partida para todos los eventos.
Primer destino el Aeropuerto Internacional de la ciudad de Morelia "Francisco J. Múgica". La fría espera termina aproximadamente a las 8: 40 am, hora en que arribó el avión del sumo pontífice quien al descender fue recibido por el gobernador del estado de Michoacán, Mtro. Silvano Aureoles Conejo quien le acompaño a caminar por la alfombra roja para así saludar a la concurrencia e inmediatamente después abordar el helicóptero que lo trasladaría al centro de la ciudad. La breve recepción estuvo enmarcada en todo momento por música y danzas regionales.
El primer encuentro fue con seminaristas, sacerdotes y religiosos de todo el país teniendo como sede el estadio Venustiano Carranza y donde cabe resaltar la mención que hizo de Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán y a quien describió como “Un español que se hizo indio”.
Después se trasladó a la catedral, donde se encontró con cerca de 600 niños y al oficiar la misa pidió por ellos: "Que los haga crecer con mucho amor, como tenía él, con mucho amor para ser cristianos en serio, para cumplir el mandamiento que Jesús nos dio, amar a Dios y al prójimo”.
Uno mas, como evento final se organizó un encuentro con jóvenes de varias ciudades del país en el abarrotado estadio Morelos. No faltó nada, porras personalizadas, cantos, aplausos, uno que otro VIVA, y espectáculo con cientos de voluntarios. Se observa a un Papa atento a las palabras que varios estudiantes le dedicaron, haciéndole ver sus metas y preocupaciones. Él responde diciendo que “la juventud es la riqueza de la iglesia” poco después una peculiar invitación “Atrévanse a soñar, que no es lo mismo que ser dormilones”. Casi las 6 de la tarde, momento de partida de tan distinguido invitado, abandona el estadio para abordar de nuevo el helicóptero, no es un vuelo directo, la aeronave vuela alrededor del estadio a madera de despedida, terminada la misma se dirige el aeropuerto para viajar a la ciudad de México y pasar la noche en la nunciatura apostólica.
