Uno como ciudadano común y corriente esta expuesto a muchas amenazas cuando viaja por el mundo, pero lo que llama la atención es que muchas de esas amenazas provienen de donde menos se les espera, a veces de personas o empresas en que uno confía mucho. Si anda por México tenga cuidado con estos detalles:
1. Las taquilleras de los taxis de los aeropuertos, tienden a dar los cambios mal, obvio siempre a su favor; las peores son las del sitio Excelencia de la terminal 2 del Aeropuerto de la Ciudad de México.
2. Los taxistas en general, si le ven cara de desubicado le hincaran el diente, en muchas ciudades usan los taximetros pero a veces están alterados y en otras pregunte el precio antes de subir, luego diga que le paga la mitad de lo que el pida y así llegaran a un acuerdo. En la Ciudad de México use solo taxis de sitio con placas y tarjeton visible. En Tijuana use los Yellow Cab los taxis libres son unidades en mal estado mecánico y donde hay más abusos de tarifa.
3. Cuide su equipaje en terminales de autobuses y aeropuertos, incluso cuando este la unidad en movimiento, se han dado casos de otros pasajeros esculcando equipajes de mano, e incluso otros con cara de gente honesta que se los apropian al bajar del avión.
4. Los maleteros de las terminales de autobuses, uselos solo si es estrictamente necesario, estas personas le cobran tarifas altisimas por cargar su equipaje diez metros, y encima se burlan en su cara de usted. Lo mismo aplica en los aeropuertos.
5. Los taxistas de las playas, siempre le dirán ¿a que hotel va? y sin importar que les conteste ellos le dirán que conocen uno mucho mejor, ellos lo hacen porque los hoteles les dan una comisión, no porque les interese recomendarle un buen lugar; si usted ya esta firme en su decisión de hotel haga que lo lleven a ahí y no se deje influenciar.
6. Los vendedores ambulantes de comida, en especial en lugares de cultos religiosos o destinos de peregrinaciones, estas personas pregonan a gritos "guiso a 30 pesos" lo que se escucha maravilloso para los peregrinos cansados; pero al sentarse le ofrecen arroz, frijoles, tortillas, etc; el peregrino asume que eso esta incluido pero al pagar resulta que cada tortilla cuesta cinco pesos, el arroz solo 40 pesos y los frijoles 30, y si tomo una bebida la cosa se pone peor, puede pagar mucho mas en estos lugares que en un negocio establecido, incluso en lugares como el Sirlon comerá mejor y gastara menos dinero.