CHAPALA
Fue el pionero en turismo a nivel nacional, como lo muestra su antiguo hotel construido en 1898, hoy convertido en palacio municipal.
Indispensables
Pasear por su malecón, apacible lugar desde donde se puede contemplar el lago y la imponente sierra, dejando la mirada perderse sin alcanzar la orilla hacia el este.
Visitar el mercado de artesanías, donde confluyen piezas típicas de muchas partes del país. Artesanía en cobre de Michoacán y sombreros tipo cowboy; mientras a la distancia, con la brisa, coloridas hamacas de Oaxaca se mecen, y el barro de Tlaquepaque repite el sonido del lago en sus cavidades, y fascinantes piezas de los huicholes flotan en el aire.
Elegir dónde comer en la zona de restaurantes de Acapulquito y entrarle de lleno a los frutos del lago: charales doraditos, pescado blanco al mojo de ajo, tacos de hueva.
Probar la deliciosa nieve de garrafa.
Visitar la antigua estación del ferrocarril, señorial edificio que data de 1920, recientemente renovado y convertido en el Centro Cultural González Gallo, donde puede ver obras de arte contemporáneo e historia local.
El espejo de agua, que alguna vez le pareciera un mar a Alexander von Humboldt, ahora es una opción para muchos viajeros, de todas las edades, que buscan hacer un recorrido interesante.