Despues de una discusión sobre cual es el autobús más conveniente para viajar optamos por el ETN de dos pisos, la razón principal es que no hemos cenado, los locales de buenas viandas han sido cerrados y los que quedan son demasiado caros, viajando en ETN VIP sabemos que al menos algo de comer va incluido en el costo del boleto, el cual por cierto ha subido mucho. Así que optamos por ellos a sabiendas de que estan un 20% fuera del presupuesto. La mala noticia es que solo nos dieron una dona pequeña y una soda al tiempo, ni modo eso fue la cena. Al menos en comodidad le ponemos un 8.
Al llegar a laa central de autobuses buscamos un cajero automático de banamex, no existe, solo el de bancomer, tratamos de volver a la taquilla de los taxis pero el policia nos lo impide enviandonos de nuevo al anden, donde hay muchos camiones de dos pisos verdes con blanco, de ahí de nuevo con la chica de los taxis, pero como nadie nos dio bien la dirección pues nos cuesta un buen trabajo determinar a donde vamos, despues de un rato apostamos por una esquina no tan lejana pero que por el precio del taxi pareciera estar hasta Tequila, al menos nos dan un comprobante, pero que es tan chafa que da lo mismo que nada.
Llegamos a la dirección indicada, o al menos eso nos imaginamos porque no hay número visible, abandonamos el taxi con todas las chacharas y demas, pero no hay timbres, bueno de hecho no hay numero visible y por la hora no hay negocios abiertos para preguntar, asi que golpeamos la puerta sin respuesta; se tienen que invertir mas de veinte minutos de celular para certificar que estamos en el lugar correcto y que alguien nos abra la puerta.
El lugar es bastante amplio con buenos acabados, pero nos prometieron que era amueblado y no hay nada de muebles, solo unas camas en cada recamara y una pequeña cocineta, todo lo demas son enormes espacios vacios de piso de duela, quiza tengamos que hacerla de japoneses pienso.
Sorprendentemente todos sientes ganas de regresar por donde venimos, esto no se acerca ni a los mas tristes hoteles de la ciudad, bueno eso es una exageración, en acabados esta al nivel del Dali, pero en equipamiento no hay nada, no hay internet no TV, ni equipo de sonido, ni microondas, ni mesa ni sillas. la depresión hace su aparición. La desesperación es más cuando nos dicen que la estancia tal vez se prolongue por lo que se arma la protesta, si no hay condiciones simplemente olvidaremos el profesionalismo y partiremos a casa.
Esa misma tarde instaalan internet, llevan algunos muebles y la TV con dish.
Mientras eso sucede varios miembros se pierden en el laberinto de rutas urbanas, tan enredadas e incomprensibles que causan mas de un enojo.