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La segunda parte de la historia que conté en el pasado



Lunes por la mañana, esperando el microbus al metro y de ahí hasta la estación más cercana a la oficina, realmente es espantoso esta tarea de usar el transporte público en la Ciudad de México, tener que soportar los conductores adolescentes con bajo nivel educativo que acostumbran manejar esas latas llamadas microbuses, despues si uno sale con vida de eso sufrir para abordar el metro; pero es triste aceptarlo, usar el automovil es económicamente inviable, con los eternos embotellamientos y el costo de estacionamientos  el gasto se dispara un 1000% sobre el costo del transporte público. La Ciudad de México esta muy mal planeada, con la mayoria de la población durmiendo en el estado de México y trabajando en la Ciudad el transporte se vuelve caótico. Mientras medito esto abordo de un microbus de la ruta 1 marca Capre con motor chevrolet a gas o algo así, puesto que estas cosas las modifican como pueden de la forma mas empirica posible. 

En el metro un reto avanzar a buen paso, entiendo perfectamente que mucha gente venga de tan lejos a trabajar, cientos de rutas alimentadoras provenientes del Estado de México lo atestiguan, pero, que niños tengan que pasar por ese calvario todos los dias, ¿que no hay escuelas cerca de sus hogares? Aparece un tren anaranjado prellenado al 95% unos pocos se apretujan, algunos se insultan y otros sufren, despues de tres trenes aparece uno vacio y vamos, a todos les sale el espiritu "Walking Dead"  veinte minutos de sauna, masaje, terror, algunos gritos y hasta vendedores ambulantes; una vez fuera del metro una caminata de seis cuadras al rascacielos, antes de entrar en el moderno edificio es justo pasar por el puesto de Doña Petra, es famosa por la calidad de sus tamales, chilaquiles y más recientemente sus tortas caseras de jamón y queso de puerco; compro una guajolota, atole y la tipica de queso de puerco, lo meto a la mochila y accedo a al edificio ecológico pensado para brindar confort a las personas que ahí laboran. Fila para uno de los 12 elevadores, y al fin a desayunar en el cubiculo.
Antes de la comida me entregan el sobre amarillo con las indicaciones de la mision en León, investigo brevemente en la internet como ir a esa ciudad del bajio en autobús, checo en la pagina de ADO, no van para alla, que raro, ¿ahora que? tecleo en Google, veo que la primera opción de la busqueda dice Primera Plus y la segunda ETN, checho los dos enlaces, la primera es una página con muchos banners con bastantes promociones, la segunda tambien pero es diferente, veo que el costo asignado de los boletos se acerca más al costo de Primera Plus, así que verifico los horarios, curioso hay a cada ratito, me despreocupo, si hay tantos seguramente no sera necesario comprarlos en linea, eso siempre me ha dado cierta desconfianza desde que me hicieron un cobro injustificado.
Salgo a comer con algunos compañeros de trabajo, Maciel dice que estaria de lujo un pozole, y como en la fonda de Don Pepe los lunes es de dos por uno, decidimos caminar diez cuadras para degustar un buen pozole rojo, mezcal, chicharron y algunas tostadas de pata. Despues un domino de donde el perdedor paga la cuenta, ni modo mi estimado Machuca a pagar.

Otro rato en la oficina con labores típicas de oficina, salir como siempre en procesión al metro, pero alguien sugiere que caminemos hasta Chapultepec, genial, caminamos disfrutando la tarde mientras tomamos fotos de los nacientes rascacielos de paseo de la Reforma y de la fallida Estela de Luz.

Mañana saldré a León  en esos autobuses que se llaman Primera Plus.


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