Experiencia de Viaje de Uriel Salazar
Los viajes no sólo son por razones de trabajo, a veces cuando el presupuesto lo permite una escapada de fin de semana no cae mal. Pensando en esto me decidí a volver a probar el máximo servicio de lujo existente en el país. Como muchos de ustedes ya conocen, a través de las crónicas y reseñas de éste blog, omito los detalles del servicio y divido mi experiencia en tres puntos:
LO BUENO: los asientos siguen siendo, por mucho, los más cómodos en los que se pueda viajar. La unidad con olor a limpio y una sencilla pero funcional almohada en cada asiento. Con el pago con tarjeta de crédito no tuve problema.
LO MALO: tanto en la terminal de Guadalajara como en Mexico Norte, la salida tuvo un retraso en promedio de 30 minutos; esta última por cierto, para abordar es un desorden. Las pantallas de entretenimiento personal necesitan URGENTEMENTE una actualización de contenidos.
LO FEO: los Ayats Bravo empiezan a dar muestras de requerir mantenimiento mayor, el ruido de una mesa personal suelta en uno de los asientos no dejaba dormir con la vibración del camino. ¿Recuerda cuando el lunch box era generosamente digno de un servicio de máximo lujo? fue bueno mientras duró (si tuvo la suerte de conocerlo).
En resumen, ¿recomendaría yo el servicio? Sí, si lo que usted busca es descansar en el camino y lleva otras opciones de entretenimiento si lo que encuentre en su pantalla personal no le satisface. Sí no se termina de convencer, por suerte para usted existen más opciones un poco más económicas. O sí es como el que escribe, para quién, cuando la cartera lo permite, el status lo vale.
