Una idea excelente parecia ser el abordar el Zinabus, bueno eso parecia ser o al menos de eso me queria convencer, la verdad era el único que me llevaba a ese lugar al que tenía que estar desde donde me encontraba. Ademas se trataba de un servicio económico as+i que barato seguro era el traslado. No esperaba que el asiento estuviera numerado, tampoco esperaba que hubiera pantallas ni sanitario; en efecto nada de eso estaba presente, se trataba del mas sencillo y absoluto servicio de traslado de un punto a otro sin mayor comodidad que un intento de asientos mullidos decentemente separados entre si. Lo mejor como es normal en estos servicios es el contacto humano, el aire que entra por las ventanillas y el eterno desfile de vendedores ambulantes que hacen imposible que uno pase hambre por muy tardado que sea el trayecto entre los puntos aparentemente cercanos. Y hasta show hay con los mismos pasajeros, no faltan los pasajeros que piden aventon con todo y crias para encima solicitar a los pasajeros su amable cooperación para la manutención de los niños. Simplemete fabuloso e ilustrativo un viaje de este tipo, se recomienda a personas con mucha paciencia y tolerancia a cambio recibira una estampa de primera mano de folklor.