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Lago Camécuaro, Michoacán

Lago Camécuaro, Michoacán


Arrastra una condena de más de seis siglos, desde que aún era un espacio sagrado del Imperio Purépecha: su lúgubre nombre, que al parecer significa “lugar de la amargura oculta”. Y sí. Es tan sorprendente la inmovilidad de las aguas del Lago Camécuaro, tan apabullante su silencio, tan profundas las sombras que crean las enormes ramas, que las personas que lo visitan entran con un ánimo y salen con otro. Como si su estanque azulado con brillo de espejo apaciguara el alma. Al abordar un bote y remar por sus canales −algunos del tamaño de un pasillo estrecho, otros amplios con una luz que se filtra espléndida− verás que, a diferencia de otros lagos, aquí las orillas las forman las raíces de sabinos, árboles retorcidos, musculosos y con formas fantasmales. Muchos de ellos son tan antiguos que puedes tener la certeza que bajo las mismas copas en que estás, descansaron mujeres y hombres gobernados antes de la Conquista por el cazonci Tariácuri.
El lago, cercano a la ciudad de Zamora, se transforma físicamente en el otoño. Las hojas de los árboles toman distintos tonos de rojos que dan al agua, en que sumergirás tu remo, un denso color ladrillo sobre el que nadan grupos de patos blancos. El agua proviene de dos fuentes: del río Duero, y las bocas de manantiales que descubrirás en recovecos que borbotean. En este parque nacional protegido –te conviene ir entre semana− se puede nadar, acampar, chapotear en las pequeñas piletas tibias que se forman entre las raíces junto a los senderos, caminar o esnorquelear. Si no sabes nadar, abstente: este cuerpo de agua del municipio de Tangancícuaro en ciertos puntos alcanza 6 metros de profundidad.
Anímate a ir y no habrá retorno: navegar este lago de arboledas que forman cúpulas será un misterioso viaje hacia ti mismo.

Dónde quedarse

Hotel Casa del Lago
Camino al Lago de Camécuaro s/n, Tangancícuaro.
Tels. 01 (355) 553 3101 y 01 800 335 5246.
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