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Los pasajeros pasarán su sexta noche en la terminal de Retiro por el paro de ómnibus de larga distancia

Cientos de pasajeros pasarán su sexta noche en la terminal de ómnibus porteña de Retiro a raíz del lockout de transporte de larga distancia, con problemas de salud, laborales y económicos agudizados con el paso de las horas, en tanto el Ministerio de Desarrollo Social procuraba soluciones para paliar cada caso en particular.

Los pasajeros cortaron a las 13 el tránsito en la esquina de avenida Antártida Argentina y Ramos Mejía, frente a la terminal de Ómnibus, y anunciaron que continuarán allí hasta que les den una solución a su reclamo de poder llegar a destino.

Más de 300 personas, entre ellas mucho chicos, que debían abordar ómnibus hacia distintos puntos del país deambulaban por la terminal sin que las empresas les ofrezcan una alternativa. Y había largas filas en el mostrador de informes de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT).

Allí realizaban denuncias y trámites para que les devuelvan el dinero del pasaje, aunque desde las empresas les decían que recién les reintegrarían los importes cuando finalice la medida.

El conflicto comenzó el miércoles último ante la falta de acuerdo entre la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que pide el aumento del 23% autorizado por el Ministerio de Trabajo, y las empresas, que dicen que no pueden pagarlo si no les dan un subsidio, con tratativas que hasta esta noche no habían llegado a un acuerdo.


La medida de fuerza sorprendió a miles de pasajeros que viajaban a Buenos Aires, otros que retornaban a sus provincias y también a quienes habían llegado para realizarse tratamientos médicos.

"Desde el viernes a la noche estamos trabajando en la terminal, tratando de viabilizar soluciones. Aquí hay muchos sectores vulnerables que han sido afectados por este paro", dijo en la terminal Carlos Montaña, subsecretario de Abordaje Territorial del Ministerio de Desarrollo Social.

El funcionario explicó que buscaban "remises para llevar a algunas familias a los hoteles para que puedan pasar allí la noche con una cama donde dormir, una ducha y una comida caliente".

"A los que están aquí les ofrecemos viandas, agua, café o algo caliente", dijo y añadió: "si estos empresarios inescrupulosos o los gremialistas pudieran ver y escuchar las historias de vida de esta gente, estoy seguro de que cambiarían rápidamente su posición".

Montaña sostuvo que tanto los empresarios como los gremialistas "deberían tomar conciencia del daño que están causando y, si se hicieran eco de esto, podrían revertir la situación".

La empresa concesionaria de la terminal anunció por altoparlantes la entrega de un refrigerio pues muchos no podían comprarla por los altos precios a los que las vendían, pero lo que le dieron estaba en mal estado y eso aumentó la indignación de los usuarios.

Organizaciones de protección a los discapacitados, como la Fundación "Ayuda para todos" o el "Movimiento Argentino de y para Discapacitados", colaboraron para resolver situaciones de personas de esa condición que debían viajar y no podían esperar más tiempo en la terminal.

El Ministerio de Salud instaló una unidad sanitaria móvil con médicos y equipada con consultorios y medicamentos para atender a las demandas de salud "entre las dársenas 13 y 17, en el mismo sitio desde el cual deberían estar partiendo y arribando los ómnibus", dijo el viceministro del área, Eduardo Bustos Villar.

"Esta situación te angustia, nos está haciendo muy mal. Yo tengo esclerodermia y vengo a Buenos Aires para tratarme, tendría que haber vuelto el jueves a Tucumán y sin embargo estoy atrapada acá pasando necesidades", dijo a Télam María Lidia Nievas, de 58 años.

Román Morales está en Retiro desde el jueves, cuando fue a comprar su boleto y se encontró con el paro. "Vivo en el campo y necesitaba viajar al Chaco para ver a mi familia, no puedo volver porque no tengo plata y encima como no alcancé a sacar pasaje ni siquiera me están dando comida", contó entre lágrimas.

A su lado, sentada en la misma fila de asientos estaba María de los Ángeles Sarda junto a su madre, una señora mayor con problemas de hipertensión.

"La empresa TEBA te pide que presentes el pasaje para darte comida. A Román lo estamos ayudando entre todos, le convidamos de lo nuestro. Igual es un desastre, a mi me subió la presión de tanto comer fiambre, y encima en mal estado", contó.

Algunos pasajeros se organizaban para juntar los dos pesos que se necesitan para ver 17 minutos de televisión en la estación.

"Es que nadie nos dice nada, no sabemos qué pasa. Escuchamos que hoy no hubo acuerdo, pero no sabemos qué va a pasar con nosotros", protestó María Inés Vega.

La Secretaría de Transporte recomendó esta noche a las personas que tengan pasajes para los próximos días no concurrir a la terminal hasta que se levante la medida, y también aconsejó no sacar tickets de viaje hasta que finalice el conflicto.
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