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El fascinante Calendario Maya


Por: Mercedes de la Garza Camino

Antiguos habitantes de los estados de Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo, los mayas desarrollaron un increíble sistema calendárico que les permitió fijar fechas con notable exactitud. ¡Descúbrelo!

Veinte años había pasado Natzin Balam, del alba al ocaso, observando el recorrido celeste de Kinich Ahau, el Señor del Rostro Solar. Veinte años sentado en la misma puerta del mismo templo, mirando el perfil del horizonte anotando cuidadosamente el camino diario del sol. Sabía perfectamente en qué punto preciso del horizonte debía repetirse la puesta del astro para completar su ciclo de 365 días, y sabía también que debían hacerse ajustes periódicos para que los ciclos fueran exactos.
Conocía asimismo cuándo se presnetaba el día más largo, cuando el más corto y cuándo el día y la noche eran iguales, es decir los momentos que nosotros llamamos solsticios y equinoccios.
Y Natzin Balam sabía bien que los astros eran manifestaciones de los seres sagrados y que su influencia se derramaba sobre el mundo y sobre los hombres, por lo que su trayectoria debía ser conocida para controlar sus efectos con ofrendas y oraciones. Así, periódicamente, él y los demás astrónomos de la ciudad reunían a los miembros de la comunidad para informarles acerca de las influencias astrales venideras y prepararlos para recibirlas. Natzin Balam había heredado de su padre y su abuelo todos sus conocimientos astronómicos y el arte de observar la bóveda celeste con dos varas cruzadas.
La excepcional conciencia del cambio, de la temporalidad, que tuvieron los mayas, y su preocupación constante por el devenir inexorable, determinado por fuerzas sagradas como los astros, los llevó a cultivar notables conocimientos, no igualados por otro pueblo antiguo, a partir de un extraordinario desarrollo de la escritura. Estos conocimientos fueron principalmente la matemática y la astronomía, los cuales les permitieron crear un complejo sistema calendárico para fijar fechas con toda exactitud, que es único entre las culturas antiguas del mundo.
Sobre la base de la enseñanza olmeca, los mayas idearon un sistema denumeración vigesimal, es decir con base en el número 20. Hubo tres formas de representar los números: con puntos y barras, con cabezas humanas y con figuras de seres humanos. En el sistema de puntos y barras, con valores de uno y cinco respectivamente, hallamos un tercer signo, en forma de una concha o caracol, con valor nulo, lo que muestra que ellos emplearon esos signos con valor posicional, correspondiendo el 0 a la posición vacía. Las cantidades se escribían de abajo hacia arriba; por ejemplo, un punto en primera posición vale 1, mientras que si se sube a la segunda posición y en la primera se coloca un cero, vale 20. Con este sistema se puede escribir cualquier cantidad y hacer cualquler operación aritmética, y como hasta muchos siglos después los árabes introdujeron estos conocimientos en Europa, podemos afirmar que los mayas fueron los creadores de la matemática.
El tiempo para los mayas era un movimiento cíclico, como el de los astros. El principal de éstos fue el Sol, cuyo ciclo fue calculado con sorprendente precisión, de modo que elaboraron un calendario solar, denominado Haab, que es el más exacto que se haya creado, pues sólo tiene un error de 17.28 segundos comparado con las actuales mediciones del ciclo solar. Se divide en 18 meses de 20 días, más los 5 días Uayeb, considerados como "sobrantes". Los mayas también conocieron la trayectoria lunar y fijaron el ciclo de Venus con gran exactitud.
A un ciclo natural desconocido corresponde otro calendario maya que fue esencial, pues regía la vida de cada individuo y todas las actividades, tanto rituales como cotidianas: el almanaque de 260 días, empleado por casi todos los grupos de Mesoamérica desde la época prehispánica hasta nuestros días. Este almanaque era usado por los sacerdotes para hacer los horóscopos individuaIes, para determinar el día en que se debía sembrar, ir a la guerra, efectuar un matrimonio y cualquier otra actividad. Está constituido por la combinación de 13 números con 20 signos, que da 260 días. Este almanaque ritual, combinado a su vez con el calendario solar de 365 días, formaba un gran ciclo que los mayistas llaman "Rueda Calendárica ". Abarca 18,980 días, es decir 73 ciclos de 260 días y 52 años solares, y se completaba cuando una fecha se repetía en los dos calendarios.
Rueda calendárica maya / México desconocido
El ciclo de 52 años fue el lapso mayor para medir el tiempo en los otros pueblos mesoamericanos. Pero los mayas crearon un extraordinario sistema para registrar fechas, denominado "Cuenta Larga", que permitía fijar una fecha en los dos calendarios anteriores, en el ciclo lunar y en otros desconocidos por nosotros. Se basó en una división del tiempo, cuya unidad mínima fue el Kin, día, y la máxima el Alautún, ciclo de 64 millones de años. Este sistema requiere de un punto de partida del cómputo del tiempo, es decir de una “fecha era" que registra algún acontecimiento importante (como es en nuestro calendario el nacimiento de Cristo). Esa fecha fue el 13.0.0.0.0, 4 Ahau, 8 Cumhú, que corresponde en el calendario gregoriano que nos rige al 13 de agosto de 3114 a.C., y que es una fecha mítica, pues parece registrar la creación de la época actual del cosmos.
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