México • Por increíble que parezca manejar un tráiler, implica tener que ir a la escuela para aprobar un curso de entrenamiento teórico-práctico. Sin este requisito la Secretaría de Comunicaciones y Transportes no entrega a los interesados la licencia que les permitirá circular en carreteras nacionales.
Por eso, los choferes de estas unidades, así como de camiones de carga y transporte turístico, deben acudir a alguna de las ocho escuelas que hay en el país, siendo la más grande y completa la que se localiza en el municipio de Aguascalientes, en Aguascalientes.
18 hectáreas para practicar
El letrero, ubicado sobre el tercer periférico de esta ciudad, indica que el “Centro de Formación de Operadores de Tractocamiones, Pasaje y Turismo” (nombre oficial de la escuela para traileros) está cerca. Funciona desde hace cinco años en un terreno de 18 hectáreas que donó el gobierno estatal, en la localidad de San Nicolás de Arriba. Tiene dos edificios con salones de clases, un simulador de prácticas, un enorme campo lleno de curvas, terracería, pendientes, bajadas y zona de maniobras.
El letrero, ubicado sobre el tercer periférico de esta ciudad, indica que el “Centro de Formación de Operadores de Tractocamiones, Pasaje y Turismo” (nombre oficial de la escuela para traileros) está cerca. Funciona desde hace cinco años en un terreno de 18 hectáreas que donó el gobierno estatal, en la localidad de San Nicolás de Arriba. Tiene dos edificios con salones de clases, un simulador de prácticas, un enorme campo lleno de curvas, terracería, pendientes, bajadas y zona de maniobras.
“Estas escuelas son importantes para cualquier país, no solo para México. Aquí recibimos alumnos del estado, de Zacatecas, Jalisco, San Luis Potosí, Guanajuato, y está abierta para quien lo desee. Las otras academias son más pequeñas y ésta es ideal por su tamaño para que los alumnos practiquen como si estuvieran en carretera”, explica Roberto Díaz, presidente de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga y fundador del Centro de Formación, que cuenta con el aval de la SCT y el respaldo de la Secretaría de Educación Pública.
La teoría abarca 20 por ciento del entrenamiento e incluye materias como manejo a la defensiva, mecánica elemental, servicio al cliente, qué hacer en caso de emergencia, adicciones, valores humanos y sexualidad, entre otras.
Díaz asegura que a la mayoría de los alumnos (que van desde los 18 años hasta los 50 o más) no les interesa este módulo porque “se ponen ‘trabajosos’, la verdad es que muchos de los operadores no quieren venir a meterse a un aula para capacitarse”.
La plantilla docente pertenece al Centro de Capacitación para el Trabajo Industrial (Cecati) número 28. El director, Rodolfo Torre, precisa que el perfil de las materias busca ofrecer una formación integral que va más allá del volante, palanca de velocidades, espejo, pedal y freno. “Estos operadores pasan muchas horas dentro del vehículo, conduciendo aislados de la sociedad, por eso queremos reintegrarlos a su entorno para que entiendan que son parte de una familia, pero también de una empresa”, detalla.
“Todo lo sé”
Como era de esperarse, los alumnos más difíciles son los traileros de toda la vida. “De entrada descalifican al maestro, nos dicen que vinieron por obligación para refrendar la licencia, que no tenemos nada que enseñarles por su experiencia de 20 o 30 años. Evidentemente se les facilita la práctica que abarca 80 por ciento del curso, pero hemos detectado que 30 por ciento de ellos tiene errores en el sistema de manejo”, señala Torre.
Como era de esperarse, los alumnos más difíciles son los traileros de toda la vida. “De entrada descalifican al maestro, nos dicen que vinieron por obligación para refrendar la licencia, que no tenemos nada que enseñarles por su experiencia de 20 o 30 años. Evidentemente se les facilita la práctica que abarca 80 por ciento del curso, pero hemos detectado que 30 por ciento de ellos tiene errores en el sistema de manejo”, señala Torre.
Paradójicamente estos alumnos sufren con el módulo teórico porque no leen ni estudian las lecturas obligatorias, por eso reprueban los exámenes escritos. Los profesores deben ser pacientes, sensibles y prudentes con ellos, pues regularmente se sienten agredidos por no dominar ciertos temas.
El curso cuesta 600 pesos, por debajo de los 2 mil en escuelas patito. La licencia más solicitada es tipo A, para pasaje y turismo, que implica 120 horas de entrenamiento. Tipo B, para carga, 155 horas para alumnos sin experiencia y 58 para los experimentados; y tipo E, para manejo y traslado de sustancias peligrosas.
Hasta hace unos meses la renovación de licencias era cada dos años, con repetición de entrenamiento teórico práctico. No obstante, la SCT modificó hace unos meses el reglamento para que el plazo se ampliara a cinco años. Ni la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) ni el Cecati están de acuerdo, pues aseguran que la consecuencia será que los operadores dejarán de actualizarse con la tecnología de nuevos modelos, se desensibilizarán de su entorno y no darán seguimiento a su estado de salud.
Nuevas generaciones
Torre afirma que a la escuela llegan los hijos de traileros, quienes conocen o manejan unidades sin tener el conocimiento general. Son ellos quienes aprovechan el uso del simulador computarizado, pues se familiarizan más rápido con el vehículo y el entorno de la carretera que puede programarse para recrear situaciones con otros autos, camiones, accidentes, o para evaluar reacciones y destrezas con climas varios (lluvia, neblina, etc).
Torre afirma que a la escuela llegan los hijos de traileros, quienes conocen o manejan unidades sin tener el conocimiento general. Son ellos quienes aprovechan el uso del simulador computarizado, pues se familiarizan más rápido con el vehículo y el entorno de la carretera que puede programarse para recrear situaciones con otros autos, camiones, accidentes, o para evaluar reacciones y destrezas con climas varios (lluvia, neblina, etc).
La clase
Es mediodía y en una de las aulas cuatro alumnos, de entre 18 y 23 años, toman nota de la clase. Apoyado en diapositivas, el profesor habla de velocidades, evitar accidentes, choques frontales, maniobras a la derecha; después realizan una práctica con señales de tránsito en carretera. En el aula contigua dos adultos, de entre 35 y 45 años, aprenden cómo manejar un camión con sustancias químicas.
Es mediodía y en una de las aulas cuatro alumnos, de entre 18 y 23 años, toman nota de la clase. Apoyado en diapositivas, el profesor habla de velocidades, evitar accidentes, choques frontales, maniobras a la derecha; después realizan una práctica con señales de tránsito en carretera. En el aula contigua dos adultos, de entre 35 y 45 años, aprenden cómo manejar un camión con sustancias químicas.
Una hora después, los jóvenes suben al remolque de un tráiler modelo 2012. Tienen que demostrar al profesor cómo revisar la unidad antes de salir a carretera y qué checar en el tablero.
Después en el patio de maniobras practican la reversa, cómo enganchar una caja a la unidad y estacionarse en un espacio pequeño. “Quiero ser trailero porque me gusta la calle y en ningún trabajo me he sentido a gusto”, cuenta Miguel Ángel Medina mientras arranca la unidad que en momentos se “chicotea”. “Lo que pasa es que a veces la caja falla, por eso brinca”, dice para justificarse.
En pleno aprendizaje, la empresa Trucka lo espera con un empleo como operador, con la condición de aprobar su curso y tramitar la licencia. “Vengo de una familia que no es trailera, pero que me ha enseñado valores, eso me ha facilitado algunas materias”, asegura.
Pero quien más seguridad y habilidades demuestra es Gerardo Calderas, un tímido joven de 18 años, que subió a los tráileres desde los 14 para acompañar a sus tíos a varios viajes.
“Lo que más me gusta es andar conociendo lugares, desde chico quise estar aquí, mi familia es trailera, ya aprendí reglas de tránsito y señalamientos”, dice en escuetas respuestas. En unos cuantos minutos demuestra al profesor cómo estacionarse en reversa con la caja enganchada y con una simple maniobra de escuadra.
Actualmente la Canacar impulsa la construcción de un taller práctico de mecánica dentro de esta escuela. Su costo será de 30 millones de pesos.
En 2011 en la escuela de traileros fueron capacitados 2 mil 326 alumnos. Las empresas que mandaron a su personal son Transportes Castores, Chihuahua, Julián y Obregón, Tres Guerras, Omnibús de México, ETN y Flecha Amarilla, entre otros.