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Madrid en el Pacifico Mexicano



Entre Acapulco y Puerto Vallarta también existe un Madrid. A diferencia de otros emplazamientos urbanos, nacidos de decisiones políticas, fuertes, misiones o colonias de emigrantes, aquí el origen fue una hacienda familiar, «La Madrid», cuyos dueños llevaban como ilustre apellido la capital de España. De este conocido linaje han procedido militares, diputados, gobernadores y hasta un reciente presidente de México.

La localidad fue fundada en 1954, aunque la ciudad de la que depende, Tecomán («el lugar de nuestros abuelos» en lengua náhuatl), radicada a 22 km., fue establecida en 1527 por el esforzado conquistador extremeño Gonzalo de Sandoval. Si esta cabecera territorial es conocida como «capital mundial del limón», Madrid no se queda atrás, pues en sus fértiles tierras se cosechan, junto a grandes cantidades de este delicioso cítrico, papaya, mango, guanábana y tamarindo.

Este Madrid mexicano, a 170 m. de altura y situado a 18º, 46’ y 17’’ de latitud norte y 103º, 34’ y 49’’ de longitud oeste, disfruta de un clima tropical semiárido todo el año. Los máximos de temperatura no pasan de treinta grados y los mínimos no bajan de doce. Hace calor y la poca lluvia que cae se concentra entre junio y septiembre. La población, unos 3.500 habitantes, es joven, talentosa, trabajadora y, según dicen, hace gala de un humor excelente y pachanguero. Concentran su actividad en agricultura y ganadería, aunque la industrialización hace muchas décadas que transformó la región, verdadera fábrica de alimentos. El turismo se ha convertido en actividad floreciente. Aunque de la hacienda «de los La Madrid» apenas quedan ruinas, cerca pasaba en la época española el «camino real de Colima» y eso se nota por la hospitalidad con que se acoge a los visitantes. Estos no se pueden perder el fascinante manantial de Ojo del agua.

Las playas cercanas son espectaculares. Además, tienen muchas fiestas, pero las de Nuestra señora del Rosario, en octubre, son las más importantes. Duran nada menos que dos semanas completas, e incluyen recibimientos, elecciones de reinas y princesas, bailes y procesiones. Platillos típicos colimenses como pozole de cerdo o tamal «pata de mula», seguro que garantizan continuar con la celebración. Esta incluye la ingestión de bebidas alcohólicas típicas: tejuino de maíz, tuba de coco y el famoso ponche de Comala, hecho de semillas de granada y mezcal. Deben ser una bomba. Aún se puede llegar a las que corresponden a 2011…
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