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Avanza proyecto de tren transpeninsular


Luego de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) declaró viable desde los puntos de vista jurídico, técnico y financiero el proyecto del Tren Rápido Transpeninsular, que presentó el gobierno de Yucatán por considerarlo como detonador de la economía regional, surgió el interés de empresas especializadas de Canadá, Japón, India y Alemania.
El proyecto, que pretende unir las zona arqueológicas y la Rivera Maya con las principales ciudades de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, representaría una inversión de 12 mil millones de pesos que aportaría la federación junto con el gobierno de Yucatán e inversionistas privados.
El tren rápido fue una promesa de campaña de la actual gobernadora yucateca, Ivonne Ortega Pacheco en 2007, y es cuestionado por la oposición panista, ya que lo ha calificado como un “sueño” de la mandataria priísta.
El visto bueno de la SCT se dio luego de casi cuatro años de proyectos y análisis de viabilidad para lograr el respaldo de la dependencia para la obra que uniría por tierra a Yucatán, Campeche y Quintana Roo.
De acuerdo con el proyecto original, el tren rápido tendría varias etapas operativas la primera de ellas sólo como servicio turístico, para después incorporarle transporte de carga y al final para pasaje en general con servicios de primera —segunda y tercera clases.
Para ello se utilizarían modernas máquinas diesel para desplazarse a velocidades promedio de entre 120 y 130 kilómetros por hora, con cómodos vagones, y con una terminal central en Mérida.
Estudios de factibilidad
Expertos en manejo de material rodante, en problemas legales y aspectos ambientales de tres empresas dedicadas a la construcción de “trenes rápidos” trabajaron varios meses para elaborar un estudio de factibilidad para unir por ese medio las principales ciudades de la península yucateca, como la de Mérida y Valladolid, en Campeche, con la zona arqueológica de Chichén Itzá, y la Riviera Maya, en Quintana Roo.
El tren rápido no sólo pretende fortalecer el turismo de manera integral en la península, sino también detonar la generación de empleos en la zona maya, además de favorecer el servicio de carga en la región.
Como transporte turístico se tiene la propuesta de que el tren sea abordado por turistas que llegan en cruceros internacionales en puerto Progreso —60 kilómetros al norte de Mérida— para llevarlos a las zonas arqueológicas de Izamal y Chichén Itzá, y de ahí a las playas de Cozumel y del Carmen, para después regresarlos a su punto de partida en un viaje de alrededor de 16 horas.
El recorrido de Mérida a Valladolid sería de una hora, y de dos horas 20 minutos de la capital yucateca a las Playas del Carmen, según el proyecto.
De manera inicial, el llamado “tren bala” de Yucatán fue sometido a una fase de análisis financiado por el Banco Mundial con 8 millones de pesos para el estudio de factibilidad sobre la operación de una red ferroviaria de 187 kilómetros, entre Mérida, Yucatán, y Valladolid, Campeche, para determinar los tramos que pudieran integrar su derrotero.
Una vez obtenido el visto bueno de la SCT, el siguiente paso será la inscripción conjunta del proyecto por parte del gobierno yucateco y la dependencia federal (SCT) ante la Unidad de Inversión de la Secretaría de Hacienda.
Necesidad a futuro
La gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, consideró que el tren rápido es una obra viable y una necesidad a futuro para la península. “Es un proyecto viable y que significará despegue, desarrollo, empleo y futuro para la península de Yucatán”, insistió la mandataria.
Según Ortega Pacheco, para realizar el proyecto hay disposición de empresas extranjeras, con experiencia en estas obras, procedentes de Canadá, Japón, India y Alemania.
La gobernadora confirmó que el tren rápido tendría una inversión de unos 12 mil millones de pesos, no sólo aportados por la federación, sino también con recursos directos del estado de Yucatán y de empresarios nacionales y locales.
Ortega Pacheco admitió que debido a que su administración concluirá en 2012, si el proyecto avanza como hasta ahora, su gobierno lograría, cuando menos, arrancar la primera etapa de la obra.
Debido a que el proyecto del tren rápido se incluyó en las promesas de campaña de la actual gobernadora, la obra ha sido severamente criticada por el Partido Acción Nacional, en especial por la senadora albiazul Beatriz Zavala Peniche, quien la calificó de “sueño jarocho”, ya que considera que la obra sea inviable debido a cuestiones geopolíticas peninsulares y a su elevado costo.
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