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Regreso a Golondrinas (San Luis Potosí)

México cuenta con extraordinarios abismos subterráneos, e incluso algunos autores colocan al Sótano del Barro, localizado en Querétaro, como el tercero en el mundo por la longitud de su tiro; el Sótano de las Golondrinas se podría ubicar entre el quinto o sexto lugar en el mundo y el segundo en nuestro territorio.
En San Luis Potosí, precisamente en la Huasteca, hay un buen número de abismos enclavados en medio de exuberantes parajes naturales, y las expediciones espeleológicas son hoy numerosas, lo mismo que las visitas de turistas. Hay, pues, un gran interés por acercarse a estos abismos.
Después de su última visita al lugar, Carlos Lazcano nos manifestó algunas inquietudes sobre la imperiosa necesidad de que sitios como el Sótano de las Golondrinas fueran protegidos frente a los intereses puramente turísticos o comerciales; está bien que hoy llegue más gente hasta el sótano y que sea mayor el número de excursionistas que logren descender, pero el reto consiste en mantener intactas sus condiciones naturales para evitar que la flora y la fauna que hacen del Sótano de las Golondrinas un sitio excepcional sean afectadas. Para que esto sea una realidad se requiere no sólo de una regulación efectiva con la participación de la comunidad, sino que se creen las condiciones favorables que inviten a los visitantes a regresar y a respetar el entorno.

REENCUENTRO CON GOLONDRINAS

Texto: Carlos Lazcano Sahagún
En memoria de Isabel Vivian (1953-2000)
En 1967 espeleólogos texanos dieron a conocer al mundo una de las grandes maravillas naturales de nuestro planeta: el Sótano de las Golondrinas. A partir de entonces, esta gigantesca cavidad destaca por su belleza y dimensiones, al grado que hoy es considerada como el abismo subterráneo natural más hermoso y uno de los más profundos de la Tierra.
Inmerso en la densa vegetación de la Huasteca potosina, Golondrinas es un abismo de 376 m de hondura totalmente vertical, aunque su profundidad absoluta alcanza los 512 metros. Su boca es circular y tiene un diámetro de 60 metros; de ahí arranca el pozo y, a medida que desciende, el diámetro se ensancha hasta alcanzar en el fondo los 300 metros.
Aunado a lo portentoso de esta cavidad se halla otro aspecto no menos maravilloso: en su interior viven miles y miles de aves, las cuales, al salir, inundan el cielo con su presencia y rompen el silencio con su algarabía. Se trata de vencejos y pericos que anidan en las paredes interiores de la cavidad. Los lugareños llaman a los vencejos “golondrinas”, y de ahí el nombre del pozo.
La primera expedición mexicana en penetrar a él lo hizo en 1974 y fue organizada por el Grupo México. Para lograrlo se modificaron totalmente las técnicas espeleológicas hasta entonces conocidas. El primer mexicano en descender fue Lorenzo García Gallardo, toda una leyenda de la espeleología nacional. En 1978, durante la expedición del Grupo de Espeleología de la UNAM, Isabel Vivian efectuó el descenso, siendo la primera mexicana en hacerlo, lo que le valió obtener el premio al deporte universitario.
Desde entonces muchas hazañas han tenido lugar dentro del sótano. Una de las últimas fue lograda por el equipo israelí dirigido por Omer Mei-Dan, quienes acompañados por Ignacio Guevara, colaborador de México desconocido, penetraron al abismo saltando en paracaídas desde la boca. Una experiencia alucinante en una caverna alucinante.
En 1978 me tocó participar en la expedición de la UNAM a este abismo. En aquella época, para llegar se caminaba todo un día desde Aquismón, siguiendo la antigua vereda que llevaba hasta la misma boca. A raíz de este viaje escribí el primer artículo que apareció en México desconocido sobre el sótano, mismo que fue publicado en el número 49.
Los tiempos han cambiado y ahora se puede llegar al sótano cómodamente en automóvil, y hay que pagar para asomarse y descender. La técnica y el equipo también son otra cosa: lo que no hace mucho era una gran expedición, hoy puede ser una excursión de fin de semana.
En los setenta y principios de los ochenta, cuando nada se sabía del turismo ecológico, turismo de aventura, turismo alternativo, turismo de la naturaleza y otros actualmente nuevos, si una persona quería tener contacto con la naturaleza, ya fuera rapeleando, escalando, ascendiendo montañas, descendiendo ríos, explorando cuevas, etcétera, tenía que ser miembro de alguno de los numerosos grupos de montañismo y exploración que había entonces, algunos excelentes, como el Club de Exploraciones de México o la Organización de Montañismo y Exploración de la UNAM. Muchos eran verdaderas escuelas formativas, en las que los participantes aprendían una serie de valores como la amistad, el compañerismo, el respeto y amor por la naturaleza, entre otros. Por desgracia, mucho de esto se ha perdido en nuestros días.
Actualmente si alguien desea hacer lo mismo, ya casi no tiene la opción de los grupos y debe recurrir a las numerosas agencias que manejan este tipo de turismo.
A finales de mayo tanto el Sótano de las Golondrinas como la vecina Hoya de las Guaguas (casi tan impresionante como el primero) fueron declaradas Áreas Naturales Protegidas, con lo que se pretende frenar cualquier acción que destruya el entorno. Hoy en día los ejidatarios de Unión de Guadalupe, en cuyos terrenos se encuentra el sótano, formaron un Comité de Ecología y Protección del Sótano de las Golondrinas, el cual es apoyado con la asesoría y la participación de espeleólogos y ecologistas. El comité está sentando las bases para que esta maravilla natural perdure y la puedan seguir disfrutando los amantes de la naturaleza.
Durante el pasado mes de abril volví a Golondrinas. Desde 1987 no lo visitaba. Volví para comprometerme en su defensa. Y es que para quienes amamos la naturaleza cualquier agresión a ella es como una agresión a nosotros. “Aunque somos muchos, todos comemos de un mismo pan, y por esto somos un solo cuerpo” (Corintios), no nos destruyamos.

GOLONDRINAS: ÁREA NATURAL PROTEGIDA

Parte del Barrio de Unión de Guadalupe, de la comunidad de Tamapatz, municipio de Aquismón, en el cual se ubica el Sótano de las Golondrinas, fue declarado Área Natural Protegida bajo la modalidad de Monumento Natural, con una superficie total de 285 hectáreas.
El área declarada recibió el nombre de “El Sótano de las Golondrinas” debido a la importancia geológica del sitio, donde se resguarda un ecosistema único, sitio de anidación y refugio de fauna silvestre, destacando aves y murciélagos. En la declaratoria se consideró la fragilidad del ecosistema y el alto nivel de marginalidad del municipio de Aquismón, así como el interés mundial en el sótano, el creciente flujo de turismo y la iniciativa local por regular y proteger esta maravilla natural.
La protección de este sitio se aúna a las Cuevas de Mantetzulel y la Hoya de las Guaguas, en el municipio de Aquismón, y a la de las Cuevas Sagradas del Viento y de la Fertilidad, en el municipio de Huhuetlán, las cuales constituirán una red de sitios en los que se asegurará la protección de su biodiversidad mediante una regulación y ordenación ecológica de las actividades productivas en los ejidos correspondientes, buscando un cambio gradual hacia un modelo local de desarrollo sustentable.

SÓTANO DE LAS GOLONDRINAS

Abismo con una caída libre de 376 m, la sexta más profunda del mundo.
Su profundidad total es de 512 m.
Su boca tiene un diámetro promedio de 55 m.
Es habitado por miles de vencejos y pericos.
Está considerado como uno de los abismos subterráneos más bellos del mundo. Se localiza en las cercanías de la comunidad de Tamapatz, en el municipio de Aquismón, S.L.P., en pleno corazón de la Huasteca.

SI USTED VA AL SÓTANO DE LAS GOLONDRINAS

Saliendo de San Luis Potosí tome la carretera federal núm. 70, rumbo a Ciudad Valles, donde dará vuelta a la derecha hacia la carretera federal núm. 85 hasta llegar al poblado de Aquismón.
De Aquismón se toma una brecha de terracería de 12 km en muy buen estado que lo llevará a 300 m del sótano.
Si sale de la ciudad de Querétaro tome la carretera núm. 57 hasta San Juan del Río, donde dará vuelta a la izquierda por la carretera núm. 120, internándose así en la Sierra Gorda, pasando por los pueblos de Tequisquiapan, Ezequiel Montes, Cadereyta, Pinal de Amoles, Jalpan, Landa de Matamoros, Xilitla y Aquismón; desde aquí tome una brecha de terracería de 12 km que lo llevará a 300 m del sótano.
Fuente: México desconocido No. 285 / noviembre 2000
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