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Toallas, colchas, electrónicos y hasta muebles. Para unos es un souvenir; para otros, un robo.

Me lo llevo de recuerdo


Cecilia Nuñez

  (2 enero 2011).-   Casi nadie está libre de pecado: Sabemos que empacar alguna cosita que encontraste en la habitación del hotel significa traer algo más que buenas memorias de tus últimas vacaciones. Pero si has ido más allá de las amenidades de baño, no eres un huésped bien visto.

Para los hoteleros de todo el mundo, el hecho de que sus visitantes regresen a casa con toallas, batas y ropa de cama con el logo del hotel se ha convertido en todo un problema que han tratado de resolver con mucha creatividad.

En muchos hoteles, para comenzar, optaron por poner una etiqueta con el precio a cada uno de los objetos más deseables de una habitación, como las batas o las pantuflas, con el fin de dar a entender a los huéspedes que cada cosa tiene su valor y que si se lo llevan sin pagar están cometiendo un robo, no una simple travesura.

Incluso un hotel boutique en San Francisco se dio por vencido y liberó de culpa a sus huéspedes incitándolos a llevarse de recuerdo las toallas con la inscripción bordada: "Yo no robé mi toalla del Hotel Fusion", siempre y cuando cumplieran con una estadía mínima de tres días.

Según el hotelero Francisco Catalán, quien dirige una cadena de hoteles urbanos en tres países, el robo de toallas no tiene solución y está considerado dentro de los gastos generales de la industria hotelera.

Catalán afirma que en este año desaparecieron unas 60 mil toallas de sus hoteles, pero que son los robos de otros objetos, los que suponen pérdidas millonarias. Y algunas veces son cosas de lo más extravagantes. El sitio Gadling.com realizó una lista de las piezas más robadas en hoteles alrededor del mundo. El recuento incluye desde los típicos cubiertos o controles remoto, hasta botes de basura, cafeteras, espejos, cuadros, letreros, focos, lámparas, secadores e incluso biblias.

En general, este tipo de prácticas no tienen consecuencia alguna, más que la vergüenza de ser descubierto antes de poder salir del hotel, o el hecho de que el monto del objeto desaparecido figure en la tarjeta de crédito, pero hay casos aislados en los que los huéspedes amantes de los "recuerditos" sí se han metido en problemas. El hotel Transcorp Hilton Abuja, en la capital de Nigeria, demandó el pasado mes de septiembre a Bilikisu Dowodu por llevarse dos toallas. Lo que parecía un acto inocente ha orillado al huésped a elegir entre pagar una multa, o pasar tres meses en la cárcel.

Ahora hay que pensar dos veces si es prudente llevarse una amenidad de un hotel como un lindo souvenir, pues muchos hoteles han decidido fichar a sus huéspedes mal portados en listas negras, como la base de datos británica GuestScan.
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