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Las 10 ciudades culturales de Edomex

Denise Mackenzie
22 de diciembre 2010
Algunos municipios del estado de México guardan una rica historia cultural, por sus vestigios coloniales. Estos lugares ofrecen al paseante la posibilidad de admirar bellos paisajes y aprender un poco más sobre el arte e historia del Edomex y, en general del país.
Las principales ciudades culturales que ofrece el Edomex para los paseantes son:
Aculco
Ubicado en los límites con los municipios de Polotitlán, Acambay, Timilpan, Jilotepec y el estado de Querétaro, en el centro de esta bella población típica se encuentra la hermosa Parroquia de San Jerónimo del siglo XVI, que tiene en su sacristía una excelente obra del pintor Miguel Cabrera.
El municipio fue fundado alrededor del año 1110 de nuestra era por el pueblo otomí, fue conquistado por los mexicas en el siglo XIV; a la llegada de los españoles, los franciscanos evangelizaron la zona y en el año 1540 se edificó la mencionada parroquia y convento.
Cabe destacar que Aculco fue escenario de la batalla en que los insurgentes encabezados por Miguel Hidalgo fueron derrotados contra las tropas de Félix María Callejas en 1810; y no fue hasta el 19 de febrero de 1825 que se constituyó como municipio.
Aculco es rico en minas de cantera que han sido explotadas desde los tiempos prehispánicos, durante el virreinato brindaron el material para realizar muchas de las construcciones arquitectónicas de la zona.

Amecameca
Ubicado en las faldas de la Sierra Nevada, bajo la mirada del Iztaccíhuatal y Popocatépetl, este poblado fue por tradición indígena uno de los centros ceremoniales más importantes pos su culto a las montañas.
El principal atractivo de esta zona es el Parque Nacional Iztaccihuatl-Popocatépetl, con sus innumerables cañadas, bosques alpinos y senderos, mientras que la plaza principal se engalana con  la suntuosa Parroquia de la Asunción que sobresale por su decorado en blanco y terracota, así como por el Exconvento, construidos en el siglo XVI por frailes franciscanos y dominicos que muestran en su claustro la influencia de las construcciones medievales.
En tanto, en el centro de Amecameca se ubica un cerro llamado Sacromonte, en las inmediaciones de su cima existía en la época prehispánica una cueva donde se rendía culto al dios Tezcatilpoca, por lo que los frailes franciscanos del siglo XVI, encabezados por Fray Martín de Valencia, colocaron en este lugar la escultura de un Cristo negro en forma yacente y empezaron a construir una ermita que actualmente alberga la escultura del Señor del Sacromonte, considerado aún muy milagroso.

Atlacomulco
Limitando con los municipios de Acambay, Temascalcingo, San Andrés Timilpan, San Bartola Morelos, Jocotitlán y El Oro, este poblado combina lo tradicional de su arquitectura virreinal con la modernidad de su compleja industria.
En su centro aún conserva construcciones que remontan a la época colonial, como la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe con su hermosa fachada plateresca construida en el siglo XVII, lo mismo que el pequeño Santuario del Señor del Huerto, además del Centro Cultural Isidro Fabela, el cual está instalado en lo que fuera la casa de este importante personaje.

El Oro
Ubicado en la serranía de Tlalpujahua, en los límites del estado de Michoacán, es una de las poblaciones que ostenta con más ejemplaridad la riqueza arquitectónica de una villa que vivió épocas de bonanzas gracias  ala explotación de sus minas de oro, plata y zinc.
Gracias a la fiebre del oro  que atrajo a personas de todo el mundo a sus minas como La Esperanza, el Consuelo o La Porovidencia, le dio al pueblo un carácter cosmopolita, así sus contrucciones reflejan todos los estilos europeos de esa época.
Mientras que la belleza del Teatro Juárez y el Palacio Municipal brillan por la exquisita decoración, pues pertenecen al extraordinario “art nouveau” y al estilo neoclásico inglés y francés, además de que su pintoresca estación de trenes, inaugurada en 1889 y el Museo de la Minería, preservan memorias fotográficas de este pueblo en su época de esplendor.

Ixtapan de la Sal
Ubicado en la zona sur del estado de México, en este ambiente paradisiaco la diosa Ixtapancíhuatl y la bella Diana Cazadora dan la bienvenida por la avenida principal colmada de frondosos árboles de jacarandas, donde la arquitectura es típica con casas de tejas rojas y calles empedradas.
A un costado de la plaza principal se erige orgullosa la Parroquia de la Asunción, herencia colonial.

Jilotepec
En el límite con los municipios de Chapa de Mota, Timilpan, Villa del Carbón, Soyaniquilpan de Juárez, Polotitlán, Aculco y con el estado de Hidalgo, este poblado tiene importantes zonas naturales actualmente convertidas en parques como el Parque el Llano y Las Peñas.
Además de que la herencia hispana dejó en este municipio hermosas muestras de arquitectura como la Parroquia de San Pedro y San Pablo edificado en el siglo XVI, la Cruz de Doendó y el Santuario donde se encuentra la iglesia de Canalejas, de influencia gótica.

Malinalco
Ubicado al sur del estado de México, a unos 65 kilómetros de la ciudad de Toluca, este pueblo tiene un encanto ancestral, con sus calles empedradas, de historias y casas multicolores hechas de adobe y sueños, salpicadas de flores que brotan de las paredes de sus casonas coloniales y de pequeños templos de los siglos XVI, XVII y XVIII señalan los diferentes barrios en que se trazó el pueblo desde el siglo XVI.
En tanto, en el cerro de los ídolos se encuentra la zona arqueológica de Malinalco, mejor conocida como Cuauhtinchán,  una de las más bellas del estado de México, y desde donde se puede apreciar una magnífica panorámica del pueblo. Aquí destaca el Santuario de los Guerreros Águila y Jaguar, que por su carácter monolítico se le compara con Ellora en la India y con el Templo de Abu Simbel en Egipto.
Mientras que en el centro del poblado se ubica el Convento Agustino del siglo XVI que recuerda las construcciones medievales por su sobriedad, en su interior alberga hermosos frescos originales que decoran los techos y muros de los pasillos.

Metepec
Ubicado a 6 kilómetros al sur de la capital mexiquense, limitando con los municipios de San Mateo Atenco, Santiago Tianguistenco, Toluca, Chapultepec, Mxicaltzingo y Calimaya, en la ciudad se combinan construcciones modernas como el Centro Panamericano de Ecología o la Sede del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense con edificios coloniales como el fabuloso Convento e Iglesia franciscana del siglo XVI, con su fachada barroca, obra de artistas indígenas y el Templo el Calvario, con su estilo neoclásico del siglo XVIII.
En contraste con la tradición de este Pueblo con Encanto, Metepec cuenta con amplias y modernas plazas comerciales y zonas residenciales que lo han convertido en uno de los municipios más prósperos del estado.

Ocoyoacac
Ubicado en la rivera del río Lerma, este poblado conserva su ambiente provinciano pese a su cercanía con la ciudad de México y Toluca, sus callejuelas de diferentes desniveles permiten apreciar el paisaje de esta campiña siempre verde, las casas tradicionales con sus tejas rojas y las cúpulas de color terracota de sus iglesias.
Junto a su plaza principal en el centro está la iglesia de San Martín Obispo del siglo XVII, remodelada recientemente en un estilo neoclásico, también se encuentra el museo José María Luis Mora, precursor del liberalismo en México, con  un rico acervo fotográfico.
Durante los días de feria, Ocoyoacac se engalana con los adornos de papel de colores, la tradicional música de viento, danzas mestizas de “arrieros” y “concheros”, ´puestos de comida típica y fuegos artificiales.

Otumba

Ubicado al norte del estado de México, colindante con los municipios de San martín de las Pirámides, Axapusco, Teotihuacan y Tepetlaoxtoc, la herencia prehispánica y colonial dejaron huellas en su bucólico poblado, lugar donde llegaban los virreyes.
A pocos kilómetros del centro, el Convento de Oxtotipac, engarza magistralmente la concepción de los dos mundos regalando a la vista una fachada con elementos románticos y renacentistas y al interior la mixtura que le imprimieron los artesanos otomíes. Aquí se encuentran dos pilas bautismales, ejemplo del trabajo lapidario de los indígenas del lugar.
Cabe destacar que en esta tierra nació el gran pintor Gonzalo Carrasco, alumno del célebre paisajista José María Velasco. Lo que antes fuera la hermosa casa del pintor, hoy es la Casa de Cultura ubicada en el centro, donde también se encuentra un sobrio edificio colonial que alberga al Palacio Municipal y que fue construido en el siglo XIX.

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