El incremento en la tarifa de boletos de avión es un espejismo provocado por factores como la falta de planeación para viajar, la saturación de los asientos más baratos y la experiencia de vivir una temporada alta en temporada baja, lo cual responde a la ley de la oferta y la demanda en donde los boletos suben alrededor de 40%, pero las tarifas se mantienen inmóviles.
Expertos involucrados en este tema aseguran que la ausencia de Mexicana no afectó el precio de las tarifas aéreas, aunque reconocieron que los boletos sí se dispararon entre 80% y 100% en los primeros días de septiembre, porque no había competencia, pero hoy han vuelto a la normalidad.
“La salida de Mexicana no generó un incremento, las tarifas se rigen por la oferta y la demanda; siempre han existido varios niveles de tarifa en un mismo vuelo, lo que pasa es que los espacios en tarifas más económicas siempre se venden primero y conforme se va llenando el vuelo quedan las más altas, ahí es donde la gente siente que se incrementaron los precios, porque no está acostumbrada a reservar con anticipación, pero estas tarifas ya existían aún con Mexicana volando”, dijo Diana Mancilla, gerente de producto de Despegar.com México.
Jorge Hernández, presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV), coincide al señalar que Mexicana de Aviación dejó de volar en temporada baja y su salida disparó la demanda de boletos, “de modo que nunca tuvimos realmente una temporada baja, más bien tuvimos dos temporadas altas (la de verano y la que se creó sin Mexicana), y consecuentemente las aerolíneas conservaron esos precios que, comparados con los de temporada baja, pues sí son como 40% más caros”.
En entrevista, Hernández Delgado explicó que la media de reservaciones en México es de tres días, cuando en Estados Unidos o Europa es de hasta un mes, entonces cuando las personas quisieron reservar se llevaron la sorpresa de que las tarifas más económicas ya estaban agotadas y tuvieron que comprar las más caras, que no se venden en temporada baja.
Explicó que un avión tiene diferentes clases tarifarias: Y, B, M, S, K, T, U… hasta W; las tres primeras son las más caras y ocupan alrededor de 60 lugares en el avión; los otros 60 se distribuyen en económicas.
“En temporada alta se venden todas las clases, y los aviones vuelan a 90% de su capacidad a pesar de que la diferencia de precios entre la tarifa W y la tarifa Y pueda ser hasta de 100%; en contraste, en una temporada baja la ocupación de los aviones es de 55% ó 60% y los lugares más caros suelen ir vacíos, pero ante la ausencia de Mexicana se saturaron los vuelos y todos los boletos se vendieron 40% más caros que en una temporada baja normal, por la oferta y la demanda, pero las tarifas nunca se elevaron”, dijo Hernández.
Subrayó que el precio de las tarifas (Y, B, M…) se mantiene intacto; el precio de los boletos de avión sí aumentó por la combinación de varios factores, como la falta de planeación para volar y la saturación de las tarifas económicas.
Alicia Terán, gerente general de la agencia de viajes Giras Turísticas y Empresariales, aceptó que los primeros días que dejó de volar Mexicana los boletos se dispararon hasta 100%, sobre todo, en destinos como Cancún y algunos otros como Oaxaca, donde sólo se quedó Aeroméxico, pero eso no limitó a los viajeros que querían o que tenían la necesidad de salir “porque estuvieron dispuestos a pagar lo que fuera, porque sabían que es muy difícil cubrir los lugares que dejaba una línea tan importante, pero hoy vemos que los precios han vuelto a la normalidad, a tono con la oferta y la demanda”.