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Con Matilda en San Miguel


Ciudad de México  (22 noviembre 2010).- SAN MIGUEL DE ALLENDE, Guanajuato.- Oculto detrás de una fachada color salmón que respeta el estilo colonial de San Miguel de Allende, se encuentra en el número 53 de la calle Aldama el recién inaugurado Hotel Matilda.

Mirando a lo lejos se cree que este es un hotel de carácter colonial como otros en esta ciudad de Guanajuato, sin embargo, una escultura de Javier Marín y una arquitectura contemporánea dan la bienvenida a este rincón que abrió sus puertas oficialmente este viernes.

Los arcos y bóvedas del antiguo hotel Villa Jacaranda, que hasta hace unos años ocupaba esta dirección, fueron sustituidos por puertas de vidrio, estructuras modernas y una decoración enfocada en el arte actual.

El gerente general Andrés Sanhueza dice que para definir este lugar tuvieron que crear su propio concepto: es un "hotel de estilo de vida", donde buscan que los huéspedes se sientan como en casa pero aderezando la experiencia con grandes comodidades.

A ello se debe que en lugar de lobby, se encuentre una biblioteca; que no haya business center, pero sí préstamo de iPads, así como renta de películas en DVD y blue ray de la colección del hotel.
Siguiendo el concepto, las amenidades Malin+Goetz de shampoo, crema y jabones líquidos que están en los baños son botellas de tamaño familiar como las que se usan en casa y los empleados laboran con tenis Converse igual que lo haría alguien en la comodidad de su hogar.

Otro detalle importante es la colección de arte del Hotel Matilda que hace énfasis en exponer obras (originales y reproducciones) de artistas contemporáneos, especialmente mexicanos. Todas pertenecen a Harold Stream, propietario del hotel, quien las compró para su propia casa.

En la colección destacan "La Arquera", un retrato que Diego Rivera hizo de Matilda Stream, la madre del dueño que, además, dio nombre al hotel; fotografías de Daniela Edburg y de la serie que Spencer Tunick hizo en México en 2007 (incluida una reproducción en el papel tapiz del baño del bar).

Tres artistas mexicanos realizaron ex profeso obras de arte para el hotel: Aldo Chaparro creó una especie de telaraña en la bóveda del bar con cables electro-luminiscentes, Bosco Sodi pintó dos cuadros con pigmentos mezclados con materiales orgánicos y Nacho Rodríguez Bach armó una proyección en la recepción con 12 pantallas de alta resolución que construyen un clásico azulejo mexicano pero a través de imágenes que se mueven y transforman.

"Presentar arte latinoamericano en el hotel es un gran esfuerzo con mucha visión que va más allá de hacer negocio. La idea es presentar arte que no sean sandías o refritos, sino ofrecer al viajero una perspectiva del arte mexicano de vanguardia, que no refleje un estereotipo", asegura Rodríguez Bach.

En la decoración interior de Chad James destacan las sillas cuyas patas son manos y pies humanos o con la forma de un trasero, y bandejas sostenidas por brazos humanos. Los colores gris y azul turquesa dominan.

El hotel posee cinco edificios con 32 habitaciones divididas en cinco categorías: deluxe room, grand deluxe room, junior suite, luxury suite y owner's suite. Todas cuentan con un escritorio laqueado de color blanco salpicado con grafito, una pantalla plana de 42 pulgadas, y algunas, tienen terrazas con árboles de naranja y lavanda.

En el bar hay que probar el razkiwi, un ponche preparado con fresa, kiwi, frambuesa y jugo de arándanos; y el restaurante que encabeza el chef Bernard McDonough ofrece un concepto de slow food que busca reinventar la cocina mexicana y americana con productos vegetales cosechados por los empleados del hotel.

Al exterior del restaurante se aprecia la alberca, ubicada sobre el spa de 450 metros cuadrados que abrirá en diciembre.
Con todo esto, el Hotel Matilda incita a quedarse de manera permanente en San Miguel de Allende, al fin que ya estamos en casa.
www.hotelmatilda.com

EL LADO ARTÍSTICOEn el Hotel Matilda se exponen las obras de:
- Diego Rivera, retrato y paisaje en la librería
- Nacho Rodríguez Bach, proyección en la recepción
- Bosco Sodi, dos pinturas orgánicas, una en la librería y otra en el restaurante
- Luis González Palma, fotografía en la librería
- Javier Marín, escultura en el corredor exterior
- Aldo Chaparro, pieza con cables electro-luminiscentes en el bar
- Spencer Tunick, fotografía en el mezzanine
- Daniela Edburg, fotografías en el mezzanine, tercer piso y hall del bar

SOBRE AVISO
Ideal para:
Adultos contemporáneos que gustan de espacios cómodos y con arte, así como familias con mascota incluida pues el hotel es pet friendly (los perros son recibidos con camas, premios, juguetes y paseos diarios).
Pasa de largo si:
Buscas un hotel tradicional de San Miguel de Allende, con estilo colonial y obras nacionalistas.
Con sello propio:
Chad James tomó como modelo su propio cuerpo para crear las patas de las sillas que son manos y pies.
Lo imprescindible:
Admirar la "Blue Pangea" de Bosco Sodi, la obra que cada noche ilumina de azul el hotel desde el muro principal de la biblioteca.
Lo mejor del spa:
Habrá sesiones de hasta cinco horas conformadas por tratamientos faciales y corporales, combinados con clases de yoga y pilates.
El plus:
Hay préstamo de iPads y en todas las habitaciones hay bocinas para iPods.
La piedrita en el zapato:
Si no te gusta trasnochar o tienes el sueño ligero, las habitaciones del edificio A están muy cerca de la música del restaurante y el bar.

de 270 a 750 dolares por noche previa reservacion y dependiendo del dia y personas por habitacion.
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