En la península de Baja California sobran los motivos para brindar. En Tijuana por su nueva cocina “BajaMed”, sus decenas de espacios para el arte, entre talleres y estudios, y por su centro cultural que muchos envidiarían. ¡Salud!
En Rosarito por sus playas, antiguo hogar de los kumiai y actual refugio de surfistas ansiosos de olas de retos. ¡Salud, otra vez!
Y en Ensenada, por sus ocasos en la Bahía de Todos Santos, por sus residentes: lobos marinos y ballenas, y por sus tacos de pescado y camarón. De nueva cuenta, ¡salud!
Pero es hasta el Valle de Guadalupe, la región vinícola de México por tradición, donde las copas chocan una y otra vez, en cada casa que se visita: Santo Tomás, Barón Balché, L.A. Cetto, Monte Xanic, Viña Liceaga, Casa de Piedra y Cavas Valmar.
Con tantos caldos, se llega trastabillando hasta La Paz, desde donde se tiene una de las mejores vistas del “acuario del mundo”, como llamó Jacques Cousteau al Mar de Cortés. Quienes deseen sumergirse en la belleza de esas aguas, de aquí pueden navegar hasta la Isla del Espíritu Santo, donde abundan los bancos de coral y los tiburones martillo.
Y quienes prefieran mantener los pies sobre la tierra, Todos Santos los recibe con una mecedora junto al marco de alguna puerta para disfrutar la tarde con una buena conversación, en la que saldrán a colación los árboles de mango, las palmeras datileras, y las decenas de galerías de arte que ahí hay. ¡Salud!
Si la resaca aparece, entonces mejor recluirse en los placeres de uno de los hoteles de tantas estrellas que abundan en Los Cabos, donde además está un arco de roca que se dice es la “Puerta al Cielo”. Mero cuento, o ¿cuántas copas de vino he bebido?
Pasa por:
Baja California y Baja California Sur
Se sugiere visitar:
- En Baja California: Tijuana, Ensenada, Rosarito y el Valle de Guadalupe.
- En Baja California Sur: Los Cabos: San José del Cabo y Cabo San Lucas, La Paz, Todos Santos y la Isla del Espíritu Santo.