Sólo maltrato de los vigilantes de la terminal de Autobuses de Oriente (ADO) obtuvo la familia de tres de las víctimas de la unidad de pasaje que dejó siete muertos y al menos seis lesionados, al chocar el domingo contra un paradero en Escárcega, cuando acudieron ayer a esta empresa para saber cómo se cubrirán los gastos médicos y funerarios. Manuel Rodríguez Téllez, Elizabeth y Ulises Pérez Morales permanecieron dos horas en la terminal y Eduardo Valdez Hernández, gerente de ADO Campeche, nunca se apareció.
En un acto de desesperación, los afectados se dedicaron a informar a los pasajeros que tuvieran cuidado, “ADO no cumple con el seguro de viajero”.
Tras el accidente, ocurrido en un autobús de la línea “Caribissimo Turístico” —el cual no aparece en el catálago virtual de ADO—, los amigos, padres, hermanos, tíos e hijos de las víctimas “sólo hemos vivido tristeza y necesidad. ADO no quiere responder”.
Del impacto, presuntamente por culpa del conductor —uno de los siete muertos—, quedaron tres heridos graves que fueron internados en el Hospital de Especialidades Médicas. Cecilia Morales Rodríguez, madre de Elizabeth y Ulises, está en terapia intermedia.
Entrevistados en los andenes, Elizabeth Pérez informó que ADO no quiere hacer válido el seguro de viajero. “A mi madre se le hizo una tomografía que costó dos mil pesos y faltan más gastos. La situación ya se complicó, por nuestra estancia en Campeche, y porque igual se gastó por el servicio fúnebre de Artemio Ramos, la pareja de mi madre.
Flavia Jiménez Santiago también lucha por su vida. Su esposo, Manuel Rodríguez, no tiene dinero para cubrir “todo lo que se le debe hacer a mi mujer. Los jurídicos del ADO nos dijeron que se encargarían de todo, hasta el final”. Empero ahora “se echaron para atrás”.
Karen Dayana Jiménez Castro, la tercera más grave que dejó el choque, ocurrido la madrugada del domingo en el kilómetro 210 de la carretera federal Villahermosa-Escárcega, necesita una operación para la cual le pidieron cuatro estructuras metálicas que le colocarán en una de sus extremidades. “El problema es que cada una vale 18 mil pesos”.
Manuel Rodríguez, Elizabeth y Ulises Pérez pidieron hablar con Valdez Hernández, y los empleados de la terminal indicaron que en una hora llegaba. Para entonces ya eran las 13:00 horas. El gerente nunca llegó.
Los tres tabasqueños ingresaron al área de andenes para hablar con alguien del área jurídica. Los vigilantes, pertenecientes a la empresa Corporativo Franco, los custodiaban; cerraron la puerta a los andenes para impedir el paso de los reporteros.
Media hora después salieron del jurídico, sin ninguna respuesta. Elizabeth Pérez rompió en llanto, desesperada por no saber cómo conseguir dinero para lo que necesita su madre, quien aún no sabe que Martha Elena Hernández Rueda, su nuera, también murió en el accidente.
Cuando intentó abrir la puerta, el dueño del Corporativo Franco la agarró de los brazos gritándole que no saldría, prácticamente la sangoloteó. Pero Elizabeth Pérez se zafó y la ayudaron a abrir la puerta de cristal para declarar una vez más ante los medios de comunicación que ADO no los ayudaría.
Como se sabe, el autobús número económico 6256 y placas de circulación 675-HW-9 del Servicio Público Federal (SPF), con razón social “Caribissimo Turístico”, donde viajaban unas 30 personas provenientes de Cancún, Quintana Roo, con destino a Villahermosa-Tabasco, se estrelló con un paradero de concreto.
El conductor se dormitó, invadió carril contrario de circulación y se impactó contra el paradero, continuando el trayecto dentro de la maleza, hasta que volcó a 10 metros dentro de la maleza, sobre su extremo izquierdo.