LA RAZON
Fue remozado para rescatar y embellecer sus casonas, así como para instalar cafés, restaurantes y hoteles
Fundada en 1531 por Nuño de Guzmán como Villa de San Miguel de Navito, Culiacán —cuyo nombre significa “lugar de los que adoran al dios Coltzin”, “lugar de culebras” o “cerro torcido”— posee un agradable clima cálido durante casi todo el año y sólo refresca en los meses de invierno.
Las calles de su Centro Histórico han sido remozadas para rescatar y embellecer sus casonas, así como para instalar cafés, restaurantes y hoteles, que han convertido la zona en punto de reunión de visitantes y lugareños.
Cuenta la leyenda que en el Santuario de Culiacán aún quedan huellas de balas, pues ahí se libraron grandes batallas, en las que incluso participó la Valentina, coronela segunda de caballería bajo las órdenes del centauro del norte, Francisco Villa.
También destaca la Catedral —edificio de estilo neoclásico y uno de los mejores conservados de la ciudad—, la cual fue construida en 1885 en honor de su patrono San Miguel Arcángel y de Nuestra Señora del Rosario; su interior luce bellos murales.
El Palacio Municipal por su histórico pasado, pues fue seminario, cuartel, hospital, escuela, hospicio y sede del gobierno estatal, es otro de los sitios emblemáticos de la ciudad; su interior está adornado por murales que ilustran la historia y las leyendas del lugar.
Además, en el Santuario de La Lomita están los Vitrales más grandes de Latinoamérica; en el Museo del Chino Billetero —creado por Manuel Salas— hay cientos de piezas arqueológicas y el Jardín Botánico tiene más de 900 especies de plantas de todo el mundo. También se pueden recorrer la Fuente de la Mujer, el Acueducto, el Museo Regional, el Puente Negro y la isla Orabá.
Para quienes gustan de la pesca deportiva, esta actividad se puede practicar en las dos presas cercanas a la ciudad; de hecho es uno de los motivos principales de visitantes extranjeros, quienes ahí también tienen la oportunidad de conocer al pelícano de Norteamérica, considerado como una especie en peligro de extinción.
Las aguas termales de Imala –que a decir de los expertos poseen cualidades curativas–, el Parque Las Riberas –con su tirolesa que atraviesa el río– y el Cocomex –la granja de cocodrilos de pantanos de más de 25 mil ejemplares– son otros de sus atractivos. Y a 70 kilómetros está el Mar de Cortés con sus espectaculares playas y pueblos de pescadores.