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CORPORATIVO

FINANCIERO


Rogelio Varela
Miércoles, 8 de septiembre de 2010
  • Mexicana de Aviación: última llamada.

El concurso mercantil de Mexicana de Aviación podría ser la última oportunidad para una aerolínea con serios problemas de deuda.



Aunque en las últimas semanas se quiso achacar a los sindicatos la crisis de Mexicana de Aviación, lo cierto es que además de contratos colectivos onerosos tiene a cuestas una deuda en estas condiciones impagable.

Hablamos de que por cada peso de activos tiene dos de deuda, lo que complica cualquier negociación con trabajadores, bancos arrendadores, proveedores y con el propio gobierno federal.

Como es público, el juez Felipe Consuelo Soto dio luz verde a la solicitud de concurso mercantil, lo que de inmediato propició que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, al frente de Juan Molinar Horcasitas, designara a Javier Christlieb como administrador de la aerolínea, mientras que Gerardo Badin será el conciliador por parte de Ifecom.

Aunque se ha dicho que la empresa tiene un año para alcanzar una reestructura, lo cierto es que de no llegar a buen puerto las negociaciones con los diferentes involucrados, Mexicana de Aviación no salvará la quiebra.

Una señal en ese sentido la acaba de dar la Comisión Federal de Competencia, al frente de Eduardo Pérez Motta, quien ha solicitado a la SCT que de manera temporal entregue los slots de Mexicana a otras aerolíneas, siendo el foco las operaciones que tenía en el AICM, con 400 vuelos al día con la mayor parte de la operación en la Terminal 1.

Pero como le digo, el concurso mercantil, más allá de pensar en pagar la deuda, debe verse como quizá la última oportunidad para subir a Mexicana de Aviación a nuevos socios, algo que intentó Controladora K con Advent, pero donde era necesario el visto bueno de la autoridad judicial para evitar cualquier demanda.

Y aunque se habla de que existen cuatro grupos interesados en la aerolínea, queda claro que el primer paso será que tanto ASPA, de Fernando Perfecto, como ASSA, que lidera Lizette Clavel, alcancen nuevos contratos colectivos con ahorros sustanciales para la empresa. Se habla de recortar a la mitad los salarios y renunciar a buena parte de sus prestaciones.

El siguiente paso sería levantar unos 200 millones de dólares para normalizar el pago a los arrendadores de aviones, en el entendido que las instituciones de crédito buscarán recuperar sus garantías, y si no basta ver lo que hicieron en días pasados el HSBC, de Luis Peña Kegel, y Banorte, de Alejandro Valenzuela del Río.

Otro acreedor que no ha fijado su postura es Bancomext, de Héctor Rangel Domene, un banco de desarrollo que también quedaría mal parado ante una eventual quiebra de Mexicana.

Y otro acreedor que ha hecho mutis es el gobierno federal, se habla de adeudos por mil 600 millones de pesos, de una deuda total por 15 mil millones de pesos, básicamente hablamos de turbosina que adeuda a ASA y el pago de derechos por el uso del espacio aéreo.

Habrá que decir que Molinar Horcasitas es corresponsable de la crisis financiera de Mexicana, porque sus problemas no comenzaron hace unas semanas, y durante al menos un par de años estuvo financiando a los anteriores dueños de Mexicana con combustible, y si baja la cortina, al igual que lo hicieron Líneas Aéreas Azteca y Aviacsa, esa deuda correría a cargo del gobierno, mejor dicho, a cuenta de nuestros impuestos.
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