Columba Arias Solís
Jueves 23 de Septiembre de 2010
En el marco de los festejos por el Centenario de la Independencia de México hace 100 años, se incluyeron una serie de actividades educativas y culturales, destacando por su relevancia la fundación de la Universidad Nacional Autónoma de México y dentro de ella de la Escuela de Altos Estudios. En esas conmemoraciones, el presidente de la República, Porfirio Díaz, inauguraba los cursos de la Universidad Nacional Autónoma de México cuyo tenaz impulsor sería el secretario de Instrucción Pública, Justo Sierra Méndez, quien 29 años antes había propuesto su primer proyecto de creación en el Congreso de la Unión.
La Universidad Nacional inició como institución educativa con las escuelas de Bellas Artes, Ingeniería, Jurisprudencia y Medicina, así como con la Escuela Nacional Preparatoria a partir del 22 de septiembre de 1910, cuando al fin quedó instalada como institución del estado.
El nombre del ilustre abogado, poeta y escritor estará siempre ligado al nacimiento de la UNAM, por su interés y perseverante esfuerzo para construir la institución a partir del proyecto presentado en el año de 1881. Don Justo Sierra, hijo del novelista e historiador Justo Sierra O´Relly y de la señora Concepción Méndez Echazarreta, desde muy joven comenzó a destacar en las artes literarias y a formar parte de los círculos de poetas y literatos de su tiempo integrados por Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Acuña y Luis G. Urbina, entre otros, comenzando a publicar sus primeros trabajos literarios en 1868.
Para 1871 Sierra se recibiría de abogado. Diputado en varias ocasiones, propuso a la Cámara el proyecto para dar carácter de obligatoriedad a la educación primaria, mismo que sería aprobado en 1881, año también en que igualmente se aprobaría su proyecto para fundar la Universidad, si bien éste tardaría en llevarse a la práctica varios años después.
El impulsor de la fundación de la UNAM consideraba que la educación es la que genera mejores condiciones de justicia, porque educar evita la necesidad de castigar, según lo señalaba, por ello era su convicción profunda la creación de una universidad en México, “impregnada de un espíritu laico de emancipación y de búsqueda de la ciencia para promover una sociedad moderna en el país”. *
El nacimiento de la Universidad Nacional casi coincidió con el estallido de la Revolución, sin embargo concluida ésta y con la llegada de Vasconcelos en 1920 a la Rectoría, comenzaría la construcción de las bases de una universidad moderna, iniciando el despegue para convertirse “en el espacio vital, clave para la transformación del país”. Esas bases quedarían muy firmes con la definición de sus funciones establecida en su Ley Orgánica de 1929: la docencia, la investigación y la extensión de la cultura. *
Es precisamente en 1929 cuando la Universidad obtiene la autonomía administrativa e inicia el camino para alcanzar la autonomía jurídica, y es Manuel Gómez Morín, rector entre 1933 y 1934, uno de los más férreos defensores de la autonomía universitaria, de la pluralidad de pensamiento y de la libertad de cátedra.
A lo largo de estos 100 años la vida de la máxima institución educativa del país ha pasado por distintos conflictos, algunos de tal magnitud que la han convulsionado y puesto en riesgo años lectivos, sin embargo pese a todas sus vicisitudes, a las tentaciones siempre presentes del poder para influir en su vida institucional, la UNAM permanece como el principal referente en la producción del conocimiento en nuestro país.
Así, en el centenario de su fundación, ante la presencia del presidente de la República, el rector José Narro señalaba que “no es deseable que gane terreno la visión mercantilista que pretende someter la actividad educativa a los criterios del mercado. Se fallaría si se admite un desatino de tal naturaleza y magnitud”. El rector Narro alertó sobre la amenaza que para la educación representan el pensamiento dogmático, la falta de innovación y el autoritarismo.
Pese a los diferentes conflictos que ha sufrido a lo largo de su existencia, a las críticas sobre su financiamiento que en los últimos tiempos han surgido desde el lado gubernamental, la UNAM cumple 100 años llevando con orgullo el galardón de ser considerada la mejor universidad de América Latina, por ende sus autoridades y alumnos están obligados no sólo a conservar ese título, sino a mejorar su calidad educativa. Un goooya por la UNAM.
*Con datos obtenidos en la obra de Renate Marsiske, La Universidad Nacional de México (1910-1929) consultada en http://www,terra.com.mx