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YUCATÁN
Expertos en trazo, material rodante, puntos legales y ambientales de tres empresas dedicadas a proyectos de construcción de “trenes rápidos” trabajan en los estudios de factibilidad para determinar en octubre la viabilidad de unir con este medio a comunidades de Yucatán, como Valladolid y la zona arqueológica de Chichén Itzá, con Campeche y, en una etapa posterior, con la Riviera Maya de Quintana Roo.
Con este tren rápido no sólo se pretende fortalecer el turismo de manera integral en la península de Yucatán, sino detonar la generación de empleo en la zona maya, además de que favorezca el servicio de carga en la región.
El “tren bala”, como le han llamado algunos empresarios, ha sido propuesto en varias ocasiones por políticos y constructores, pero por su elevado costo no ha llegado a buen término. La iniciativa fue retomada por Ivonne Ortega Pacheco en 2007 cuando era candidata a la gubernatura. Después de tres años de gobierno, la realización de la obra es más palpable.
Por el momento, el tren se encuentra en fase de análisis con el financiamiento del Banco Mundial, órgano que destinó 8 millones de pesos solamente para el estudio de factibilidad, que contempla la observación de una red ferroviaria de 187 kilómetros, para determinar qué tramos pueden ser incluidos en el derrotero del tren.
La gobernadora Ortega Pacheco ha advertido que si los estudios de factibilidad revelan que la obra es inviable, entonces deberá reconocer que se equivocó al impulsarla. Sin embargo, tres empresas internacionales, una de ellas japonesa, están dispuestas a invertir en el proyecto.
De largo plazo
La construcción, que podría iniciar a mediados de 2011, culminaría en seis años. Sólo la primera etapa para fines de traslado y explotación turística estaría terminada en la actual administración estatal.
Como transporte turístico se propone que el tren suba a los visitantes que llegan de los cruceros en Progreso y los lleve por la ruta Mérida-Izamal-Chichén Itzá-Playa del Carmen-Cozumel, donde se regresarían de nuevo a sus cruceros. O viceversa, los turistas bajarían del crucero en Cozumel y abordarían el tren rápido hacia Progreso pasando por los mismos puntos en un viaje de 14 a 16 horas.
La segunda fase del proyecto es el servicio paralelo de transporte de carga, ya que la entidad, según admiten los propios funcionarios, no es competitiva por lo oneroso que resulta.
La tercera y última etapa es el “tren rápido” para el transporte de pasajeros de Mérida, Yucatán, a Quintana Roo, en primera, segunda y tercera clases.
Aarón Dychter Poltolarek, coordinador del equipo de empresas que realizan el estudio de factibilidad del proyecto, afirmó que se trata de una iniciativa única a nivel nacional, similar a los existentes en España, Escocia y la India.
“Definitivamente no tiene precedente en el país, por lo que estamos frente a un proyecto de infraestructura turística con sentido económico y social totalmente factible”.
Dychter Poltolarek informó que según los avances del proyecto, en octubre se finalizará el estudio de factibilidad, mismo que será entregado a las autoridades correspondientes para su aval y posteriormente iniciar las licitaciones, por lo que estimó que los trabajos de construcción del “Tren Rápido Peninsular” iniciarán a mediados de 2011.
En los estudios de factibilidad participan cinco empresas: Grupo Consultor Independiente, Emmatrons, EM Consultores, GEA y la empresa de Aarón Dychter que coordina a las compañías involucradas en el trazo, material rodante, puntos legales y ambientales.
El Tren Rápido Peninsular, en su primera fase, llegará a Chichén Itzá y a mediano y largo plazos se conectará hasta Campeche, pasando por la zona arqueológica de Uxmal y posteriormente al corazón de la Riviera Maya, hasta Calica, también conocido como Punta Venado.
El empresario coordinador, quien fue subsecretario de transporte de la SCT en el gobierno de Vicente Fox, dijo que el tren haría escalas en Uxmal, Izamal, Valladolid, Chichén Itzá, entre otras poblaciones y que la ventaja es que ya se cuenta con el derecho de vía hasta Valladolid.
Pasajeros y carga
De acuerdo con el proyecto, el Tren Rápido Peninsular busca proporcionar un servicio ferroviario para transporte de pasajeros, pero también de carga, por lo que incluye vagones modernos que puedan desplazarse a una velocidad de entre 120 y 130 kilómetros por hora, con terminal en la capital yucateca.
“Se trata de un tren moderno, con motores diesel, cuyos trabajos estarán enfocados para que a largo plazo puedan utilizar tecnología eléctrica”.
En el ámbito turístico, la velocidad será la necesaria para hacerlo competitivo, pensando en la cantidad de personas que lo utilizarán para trasladarse a diversos puntos de interés en el estado, subrayó el especialista.
El estudio de factibilidad deberá revelar los montos de inversión en una primera etapa y aunque todavía no se ha hablado concretamente de qué empresarios invertirían, la secretaria de Desarrollo Económico de Yucatán, Diana Castañeda, señala que “hay buena aceptación a la obra”.
Las repercusiones inmediatas en el comercio se darían al concentrar un mayor flujo turístico y con cuantiosas derramas económicas para beneficio, particularmente, de Yucatán.
Pese a las dificultades económicas, el gobierno federal y el gobierno de Yucatán no han cancelado el proyecto y todo dependerá de los estudios de factibilidad.
El Tren Rápido Peninsular fue catalogado como un proyecto sin precedentes en todo el país, cuya construcción iniciará a mediados del 2011, recibió incluso el respaldo de la iniciativa privada local durante un recorrido por tren desde Mérida hasta Izamal a fin de supervisar el derecho de vía y el trazo del camino existente, realizado en junio pasado.
En ese primer viaje de reconocimiento del derecho de vía estuvieron presentes el secretario técnico del Despacho del Ejecutivo, Ulises Carrillo Cabrera; el director del Centro SCT Yucatán, Renán Canto Jairala; los secretarios de Obras Públicas, Francisco Torres Rivas; de Fomento Económico, Diana Castañeda Medina; y de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Eduardo Batllori Sampedro; así como representantes empresariales interesados en el proyecto.
La obra sería respaldada también con otras de explotación turística para que el turismo que venga a través de ese transporte permanezca en Yucatán por varios días o semanas y no por unas cuantas horas como actualmente ocurre.