05:00 El gobierno canadiense detuvo operaciones de dos aviones por falta de pago. La empresa, que colocaría un bono por 250 millones de dólares, sabía de su difícil situación
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Autoridades del gobierno de Canadá detuvieron ayer dos aeronaves arrendadas a Mexicana de Aviación con destino Montreal-México y Calgary-México debido a que la aerolínea atraviesa por una de las perores crisis financieras que la tienen a punto de la quiebra.
La compañía de aviación confirmó que los vuelos MX881 y MX871 (Airbus 319) no se pudieron realizar porque, pese a negarlo, ha incumplido obligaciones de pago.
La firma arrendadora que está más molesta con la empresa que dirige Manuel Borja es Internacional Leasing Finance Corporation, la cual no sólo ha decidido cancelar el contrato ante los graves retrasos en los pagos sino que, hasta el momento, ha recuperado ocho de sus aviones.
Analistas del sector criticaron que, para los accionistas, la empresa era viable hace dos meses, porque pretendían colocar un bono por 250 millones de dólares en los mercados internacionales con apoyo del gobierno, pero ahora resulta que está quebrada.
Y es que no sólo se niegan a inyectarle capital, para sanearla, sino que pretende que Mexicana de Aviación quiebre, pero hacen a un lado a Link y Click, sus dos empresas de bajo costo, para quedarse con activos sanos.
Excélsior publicó antier que la aerolínea de Gastón Azcárraga adeuda a Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) más de 88 millones de pesos, de los cuales 40 millones presentan un saldo vencido, incluyendo intereses moratorios. El plazo de pago venció pasado siete de julio por un monto de 18 millones de pesos y el otro por el mismo monto el 23, por concepto de las actividades de mayo.
Adicionalmente, la aerolínea adeuda junio y la primera quincena de julio, saldos que deberá cubrir en agosto próximo.
Funcionarios del área comercial de GAP están listos para dar luz verde para que su área jurídica ejecute las garantías entregadas por Mexicana para recolectar las Tarifas por Uso del Aeropuerto (TUA).
Paralelamente se tiene previsto cobrar directamente esta tarifa en módulos de los aeropuertos en los que actualmente tiene operación la aerolínea.
“Mexicana ha procurado no descuidar el pago de sus derechos, ya que esto implicaría la suspensión del servicio de aeronavegación y con ello la posibilidad de que la aerolínea siga volando, tal como sucedió con el caso de Aviacsa” aseguraron fuentes de Seneam.
Mexicana de Aviación comunico ayer que las acciones del arrendador canadiense no se justifican y que son el reflejo de la información publicada en diversos medios.
La compañía dijo que hace esfuerzos a fin de que el diálogo iniciado con los trabajadores se traduzca en acciones solidas que permitan mantener la viabilidad operativa de la empresa a fin de no afectar a pasajeros, vuelos e itinerarios.
Este panorama evidencia que Mexicana de Aviación no era sujeta de mayor financiamiento cuando manifestó, a finales de mayo, su intención de colocar un bono por 250 millones de dólares en los mercados internacionales a través de Goldman Sachs para hacer frente a los compromisos financieros. Luego de la deuda que sostiene por 991 millones de pesos a Bancomext y por 150 millones de dólares a Banorte, cuyo monto vence en 2013.
Hay malos manejos: sindicatos
Los sindicatos de sobrecargos y de pilotos denunciaron que el Consejo de Administración de Grupo Mexicana de Aviación no cumplió con su plan de inversiones anunciado durante la compra y a casi cuatro años de la adquisición les piden una reducción drástica de su plantilla y contrato laboral.
A sobrecargos de aviación le solicitan reducir hasta en 70 por ciento de las cláusulas del contrato, con lo que los ingresos se reducirían en 60 por ciento y los salarios tendrían una merma de 40 a 50 por ciento. Un panorama similar enfrentarían los pilotos
Lizette Clavel, secretaria general de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA), detalló que la aerolínea les pidió una reducción de casi 500 plazas laborales, lo que representa 30 por ciento del total del personal.
“Hacemos un llamado a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para que clarifique por qué la empresa está en una situación económica adversa y porqué caería en concurso mercantil”, aseguró.
Por su parte, Fernando Perfecto Cruz, secretario general de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), indicó que, en su caso, la empresa les pidió la reducción de 200 puestos de trabajo.
Clavel detalló que miembros del consejo de la aerolínea les advirtieron que en caso de no tener un apoyo de la parte sindical o no se encuentren otras alternativas que den viabilidad a la empresa, “ellos se verían en la necesidad de plantear un concurso mercantil”.
Así, la empresa pidió a sindicatos la reestructuración operativa modificando los contratos o reducirlos; o bien venderles a Grupo Mexicana o acudirían al concurso mercantil.
Indicó que es injusto que un grupo de accionistas que planteo un plan de negocios, apenas a principios de semana diera a conocer una situación crítica, cuando debió haberlo comentado con anterioridad a la SCT.
Muerte anunciada
La mala situación financiera por la que atraviesa Mexicana de Aviación se agravó luego de que el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) le negó el aval para emitir un bono por 250 millones de dólares que pretendía colocar en mercados internacionales para luego sustituir una deuda por 991.7 millones de pesos contraída con el propio Bancomext en mayo de 2009.
Mexicana intentó demostrar una fortaleza financiera que no tenía, pues en un esfuerzo por convencer al Banco Nacional de Comercio Exterior de la viabilidad de su plan de sustitución de deuda, el 18 de mayo de 2010, le entregó al banco un primer pago de 70 millones de pesos como amortización del crédito adquirido en mayo de 2009 por 991.7 millones de pesos.
Como parte de la estrategia, la aerolínea que dirige Manuel Borja Chico, depositó en Bancomext una reserva adicional por 75 millones de pesos como garantía del segundo pago, lo que, en teoría, le allanaría el camino para obtener la autorización que necesitaba del subsecretario de Hacienda, Alejandro Werner.
Pero no engañó a nadie. Por el contrario, despertó la sospecha de que lo que se pretendía en realidad era un rescate financiero, pues estaba clara la intención de pagar la deuda de 991 millones de pesos contraída con Bancomext en mayo de 2009 con los recursos del bono de 250 millones de dólares que avalaría ese mismo banco.
El sector empresarial advirtió que tras el aval solicitado por Mexicana a Bancomext para la colocación del bono por 250 millones de dólares se pretendía un rescate con recursos públicos que era inaceptable y, de llevarse a cabo, era injusto y discriminatorio para otras compañías con problemas financieros