Atrapado en un momento atemporal el Hotel San Andres efectua el clasico movimiento de incrementar mas del 10% sus tarifas pero mantener el servicio igual de malo. El mobiliario se cae a pedazos, las persianas de tan malas dejan ver todo el interior de la habitacion. Las recamareras son unas groseras insolentes. Lo unico bueno es el internet con una velocidad aceptable.
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