Una tarde cualquiera de febrero en Tuxtla Gutierrez caminando por el nuevo mercado que se encuentra frente a la nueva terminal de autobuses, a la cual no entra ADO, descubrí una terminal de segunda clase donde tenia su nido FYPSA junto a otras lineas pequeñas; ofrecían precios increíbles por el traslado Tuxtla a México; una ganga, difícil de resistir si no sabes las condiciones del viaje, FYPSA con una ruta que pasaba por Oaxaca donde debía realizar transbordo, el viaje duraba como 20 horas. Cabe destacar que el vendedor de esta línea explico en todo momento de que se trataba el viaje, incluso menciona después de investigar, el modelo del autobús que nos llevaría, en esa ocasión dijo que era algo muy pero muy antiguo.
Otras rutas estaban por la misma escala pero con destinos en diversos puntos del sureste.
En el estacionamiento del mercado otra curiosidad, un autobús Irizar blanco que ofrece el mismo trayecto, por autopista llegando a la Merced con un precio 30% menor a Fypsa, pero nos garantizaban que iban a viajar por autopista con el mismo tiempo de recorrido que una línea de primera clase; ademas ofrecieron autobús con baño y pantallas planas. Muy buen precio pero sin seguro.
Como en esos días el riesgo no se media decidimos abordar el bus blanco con tres banderas norteamericanas pintadas en su costado. Salimos 40 minutos tarde, obviamente no nos fue entregado boleto alguno. De hecho en control de asientos se hace en un polvoriento cuaderno con un antiguo lápiz.
Pasamos por Diésel, por el sencillo inconveniente de que se quedo sin combustible a 4 cuadras de la gasolinera Pemex, por lo cual debieron de llamar a sus compañeros que les proporcionaron un par de galones, lo suficiente para llegar a la gasolinera, donde nos bajaron a todos para cargar; después de una hora iniciamos trayecto.
Todo tranquilo, el espacio entre asientos muy ajustado. Autobús totalmente lleno pero mucho calor familiar.
Pasando el puente Chiapas, a unos 20 minutos el autobús fue interceptado por un comando con metralletas, el ayudante nos aviso cuando paso rápido en el pasillo, un segundo después le dieron un balazo a la parte superior del parabrisas. Abordaron el autobús y de forma muy amable notificaron que estábamos siendo asaltados, procedieron con el secuestro de la unidad a una vereda, donde plácidamente se apropiaron de valores. Su frase fue así: "Se bajan hombres, mujeres se quedan arriba" Cuando íbamos bajando decían "Solo queremos efectivo y teléfonos, nada de tarjetas". Sobra decir que varios entraron en pánico a pesar de que el comando nunca uso groserías ni amenazas, de hecho no golpearon ni abusaron de nadie.
A los 3 minutos de que el comando desapareció hizo su aparición una patrulla federal que no hizo nada por perseguir a los armados. Una vez calmados la patrulla nos escolto a la próxima caseta.
Después de que una ambulancia analizo los casos de histeria, pasamos a la discusión sin sentido para posteriormente reanudar el viaje, el cual fue posible gracias a que un comerciante consiguió ocultar su dinero en la pradera. Con varias horas de retraso arribamos a la ciudad de México, descendiendo del autobús en metro Aeropuerto.
La empresa se llama Transportes Leo, tienen salidas diario a las ocho del estacionamiento del mercado municipal de Tuxtla Gutierrez por una tarifa muy baja.
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