Así es cenar en La Parroquia de Veracruz, justo en su casa matriz en el Malecón del Puerto de Veracruz.
Bueno pues como no hay nadie que impida el acceso o que al menos lo ordene, queda deambular por todo el salón buscando una mesa adecuada, lo que es difícil ya que esta lleno, pero no al punto de estar al cien por ciento, logramos una mesa con luz suficiente para leer el menú, el cual te avienta un amable mesero que al parecer está harto de trabajar ahí.
El menú como mencione es bastante difícil de leer por la escasa iluminación, la poca que hay se refleja en el enmicado lo que no ayuda a su tipografía a ser visible, quizá todo eso sea a propósito, pero como soy algo quisquilloso nos tomamos el tiempo para examinar la oferta. la cual es básicamente de garnachas, café, pan y tortas, pero hay algunos platillos que se ven podrían ser su producto destacado, así que esa es la elección, un filete de pescado relleno de camarones con salsa blanca, gratinado y con acompañamiento de piña, salsa veracruzana y arroz, todo por solo $269.00 pesos mexicanos, unos 13 dólares.
Después de un buen rato pero no excesivo aparece el platillo en un plato de barro, de lejos se veía bien pero no relevante y de cerca se vio peor, una de las causas de elegir el filete es por la dieta en que me han colocado, que me ha hecho perder 11 kg al momento, por lo que se espera que la descripción signifique producto bajo en grasa, al final es pescado y salsa blanca, dos cosas que no necesitan grasa, el queso si podría ser un problema pero soportable y el arroz es igual a producto sano igual que la piña. Y en si es la opción que parecía más saludable en todo el menú.
Pues como poder ver en la imagen el plato parecía una garnacha mas, hasta la piña estaba bañada en aceite, el filete pequeño, la salsa es solo testimonial y el arroz demasiado poco, grasoso y nada fresco. Probar el filete no fue memorable en lo más mínimo, hay mejores pescados en los bufetes.
Lamentablemente la picada de $114.00 pesos que también pidió mi acompañante tampoco ayudo mucho, su apariencia tan buena que ni foto le tomo, pero el mismo caso, demasiada grasa, excesiva y la carne algo dura. Y esto es lamentable ya que nos deprimió y ya no llegamos a probar el café lechero de solo 50 pesos la taza; mejor pagar los 700 de cuenta con su propina "voluntaria" y abandonar el lugar.
Es justo decir que el ambiente es bueno, gente contenta comiendo, seguro sin expectativas, pero comiendo, una bailarina que le echa ganas a las danzas típicas, pero que te cobra por verla; un fotógrafo que te imprime imágenes sin tu permiso y te las quiere vender, y todo un desfile de niños cargados de artesanías hechas en China, que ya tienen bien aprendido su script de venta que algún adulto les enseño.
En resumen, en ambiente es todo un mercado público, en alimentos es algo peor que un mercado y en precios si te cobran como una cafetería de nivel medio; pero casualmente si podemos decir que es lo mejor en esa zona, lo que habla mal de su poca y casi inexistente competencia.
Pero si has leido hasta aqui te recomendamos ir a darte una vuelta a Veracruz, no te quedes con nuestras quejas de ancianos y construye tus propias experiencias.