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Viajando en el Volvo 9800 de Primera Plus




Experiencia de Uriel Salazar:

Siempre será una ventaja trabajar cuando los demás vacacionan para vacacionar cuando los demás trabajan. Agotados los festejos navideños, con varios días de descanso, me atrae la sugerencia que leí en un reportaje sobre que la Ciudad de México figura en el Top de las ciudades que debes visitar en este año. Y no falta razón, en la metrópoli siempre encontraras algo que hacer y que te sorprenda de distintas formas.

En el momento de regresar a casa, (y en todo momento) siempre me recuerdo: el mejor viaje empieza desde que inicias tu camino. Dudando entre tomar la salida nocturna para seguir explorando la ciudad o iniciar el regreso inmediatamente por la mañana vía una escala breve en Guadalajara, decido por lo primero. La mejor línea que hay de la Ciudad de México a Ciudad Guzmán, Jalisco, es Primera Plus, en una corrida a las diez treinta de la noche que tiene destino final Manzanillo, Colima. Lo elijo porque es la mejor que hay, en la ruta la competencia en sí no es mucha. Esperando la hora de abordar en la caótica (sea temporada alta o baja) Central del Norte, observo con cierto desgano entre los Irizar PB que ya son rutinarios en la línea nativa del bajío. Pero en un instante mi ánimo da un giro: la unidad 5840, el flamante Volvo 9800 a prueba se hace presente con un brillante y grande tablero electrónico que dice: MANZANILLO. Verdadero golpe de suerte, único modelo entre más de mil que dicen conforman su flota. Sin duda, un acierto, involuntario si se quiere pero acierto al fin, el haber esperado unas horas.

Hace unos años, viajar en Volvo con Primera Plus era tan ordinario que ya no sorprendía. Hasta en eso los suecos han cedido su lugar a los gallegos. Había olvidado lo que era viajar en un Volvo. Y no cualquier Volvo, un prototipo, uno a prueba. Yo no sé ustedes, pero a mí nunca me han preguntado como pasajero qué opino de los modelos en evaluación, si al final somos los pasajeros los que lo utilizamos, no todo es consumo de diesel y mantenimiento. Al abordar se puede notar que nada ha cambiado, excepto todo. Sigue siendo un modelo elegante, por fuera y por dentro: texturas en madera del piso, combinados con el aluminio de las tapas de los maleteros y plástico satinado; butacas en tacto-piel y tela microfibra, con un descansapiernas integrado al estilo de los usados en los Ayats doble piso. Los nuevos asientos, que ya se pueden ver en el hermano mayor, el Grand y su hermanastro el i8, son muy cómodos, ojalá en el futuro diseñaran uno que permitiera reclinar el respaldo sin necesidad de doblar la parte baja de la espalda como si fuera una letra C, eso sí sería un verdadero asiento-cama.

La pantalla individual está encendida, y te invita a que la toques para iniciar. ¡Vaya! hasta la presentación del menú de inicio ha cambiado, tanto que me cuesta un poco de tiempo comprender los iconos que suplieron al texto para elegir entre las películas, la música, los juegos y los libros electrónicos. 

Apenas al iniciar la marcha, uno puede escuchar la potencia del nuevo motor del 9800, dicen que sigue siendo el mismo del modelo Grand, pero con esteroides. Será porque viajo en el asiento individual del fondo, (donde tienes ventanilla y te mueves a tu antojo, saliendo al pasillo libremente sin molestar ni soportar a nadie) que uno escucha el suave rugir del D13c (un poco mas de aislamiento no caería mal); la suspensión no puede hacer mucho contra tramos de camino en mal estado, pero en caminos de aceptable a buenas condiciones se siente casi como flotar. Cuando la necesidad llama, el sanitario procura la sensación de mayor espacio interior, la altura no tanto, por suerte los mexicanos somos tamaño grande a alto (como los vasos de café de cierta franquicia estadounidense). Hablando de café, hay una cafetería al fondo, con varios compartimientos y algo que parece ser un refrigerador pequeño, que actualmente son más un accesorio de decoración. Y claro, el complemento de un buen bus, es un buen conductor, no se sienten frenados inesperados no movimientos bruscos. 

Al fin llegamos a nuestro destino con una hora de retraso, no sabemos por qué, si no hubo mucho tráfico ni paros prolongados a medio camino. Pero la verdad no se sintió la velocidad haya sido esta la regulada o en exceso, y no me importa, se agradece que el conductor nos ha traído con bien.

Sin duda, Volvo hace honor a su reputación en su última creación, perfectible sin duda, es un prototipo, pero con detalles mínimos.
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