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Callejoneadas por el Centro Histórico, todo el año

 
•    El último sábado de cada mes, se realizarán por distintos puntos del Centro Histórico a través de siete rutas, para recorrer plazas y calles peatonales o de poco tránsito
 
 
•    Se contarán leyendas e historias de la zona, acompañadas por una estudiantina
 
 
Dentro del programa de Jornadas de Divulgación del Patrimonio de la Secretaría de Cultura durante el último sábado de cada mes se llevarán a cabo callejoneadas por distintos puntos del Centro Histórico, con el objetivo de  rescatar las tradiciones y divulgar el patrimonio de esta zona.
 
 
Además de contar las historias y leyendas de los sitios que se visiten, una estudiantina acompañará al público interpretando canciones típicas, para fomentar el conocimiento de la herencia cultural de la ciudad.
 
 
El próximo sábado 24 de abril a las 18:00 hrs. se llevará a cabo la callejoneada del mes de mayo por la calle peatonal Francisco I. Madero. Durante dos horas, un guía cultural y una estudiantina acompañarán a los visitantes por el antiguo Paseo de Plateros. El público podrá conocer las historias y leyendas que sucedieron en algunos de los principales sitios de esta emblemática vialidad,  testigo fiel de la vida de esta ciudad. Se visitarán la Plazuela de Guardiola, el Callejón de la Condesa, la Casa de los Azulejos el Templo de San Francisco, la calle Gante, el Palacio de Iturbide, la Casa Borda y el Templo de la Profesa.
 
 
La tradición de las callejoneadas se remonta hacia 1218, cuando fue fundada la Universidad de Salamanca por el rey Alfonso IX de León. Algunos de los estudiantes de esta institución formaban cuadrillas o estudiantinas, que recorrían las calles de la ciudad tocando varios instrumentos, para divertirse o socorrerse con el dinero que recogían. El atuendo de los jóvenes consistía de medias negras, zapatos bajos, grandes birretes y capas de terciopelo.
 
 
En México, las estudiantinas fueron comunes desde la época colonial, aunque fue durante el Porfiriato cuando estos grupos adquirieron popularidad sobre todo entre los miembros de la colonia española. La dotación típica constaba de cuatro guitarras, nueve bandurrias, un violín, un violonchelo, una pandereta y un director que a menudo tocaba este último instrumento.
 
 
Con frecuencia las estudiantinas formaban parte de cuadros de zarzuela. Algunos compositores como el jalisciense Clemente Aguirre (Jota estudiantina) o el campechano Guillermo Eskildssen (Estudiantina  I. Pasacalle, II Jota, III Bolero, IV Danza, V Danza cantada) escribieron piezas que lograron cierta fama en los carnavales.
 
Después de la Revolución Mexicana, las estudiantinas cayeron gradualmente en desuso. Su tradición  sólo perduró en ciudades como Guanajuato, Puebla, San Luis Potosí, y su dotación se redujo a guitarras y pandero. Actualmente incluyen en su repertorio canciones de estilos muy diversos.
 
Debido a que uno de los objetivos de la Secretaría de Cultura es la preservación y difusión del patrimonio tangible e intangible de la Ciudad, se realizan estos recorridos por el Centro Histórico para promover su riqueza histórica y cultural, considerada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
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