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Incidente en un avión que salió de Mérida





La señora Jésica Hernández Ramírez propició un aterrizaje de emergencia cuando viajaba de esta ciudad a Toluca.

El avión, de Volaris, bajó en Veracruz para una revisión, ya que se sintió fuerte olor a amoniaco. Después de comprobarse que no hubo daños, la nave siguió, pero sin la pasajera, ya que era entrevistada por la policía.

Jésica Hernández llevaba un frasco con una sustancia que contenía ese químico. El frasco estaba en una bolsa de mano en la que había artículos para un niño, de ocho meses, que la mujer llevaba en brazos.

La nave salió de esta ciudad con 119 pasajeros en vuelo directo a Toluca, pero el fuerte olor a amoniaco incomodó a los pasajeros, lo que propició el aterrizaje de emergencia.

El avión aterrizó cerca del mediodía en ese puerto. La señora Hernández Ramírez prosiguió su viaje después de comparecer ante las autoridades.

Se desconocen los motivos por los cuales la pasajera llevaba amoniaco, una sustancia prohibida en los vuelos que no fue detectada en el filtro de seguridad del aeropuerto de Mérida.

Algunas versiones indican que la botella con la sustancia “explotó” en pleno vuelo y causó una situación crítica en la aeronave, que fue controlada adecuadamente por el personal de Volaris.

Intranquilidad Según estas versiones, los pasajeros quedaron intranquilos porque no se explicaban cómo la mujer pudo pasar el líquido sin que lo advirtieran en el punto de control del aeropuerto.

Una persona que viajaba en el avión, comenta en un correo que “he notado la poca revisión que se hace en el aeropuerto de Mérida, lo que trajo como resultado el incidente con el amoniaco”.— Roberto García Hidalgo

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